De 12 clubes fundadores, quedaron 2. Un día se anunció con orgullo la creación de la Superliga Europea y al otro, como piezas de dominó, fueron cayendo los equipos que dieron marcha atrás por la presión popular. Primero los seis ingleses (Tottenham, Chelsea, Arsenal, Manchester City, Liverpool y Manchester United), luego los de Italia (Milan, Inter y Juventus) para finalizar con el Atlético Madrid.

De esta manera, Barcelona y Real Madrid quedaron como los referentes de una competencia que deberá replantearse muchas cuestiones si quiere algún día llevarse a cabo. Florentino Pérez, presidente del conjunto 'Merengue', habló tanto el mismo día que se comunicó todo como después de que casi todos abandonen el barco.

Pero su par Joan Laporta no había aparecido de manera pública, al menos hasta ahora, que dialogó con TV3 y dejó sus sensaciones sobre lo que está sucediendo: "Tenemos una posición de prudencia. Es una necesidad, pero la última palabra la tendrán los socios. Los clubes grandes aportamos muchos recursos y debemos decir la nuestra respecto al reparto económico”.

Luego, bajando un mensaje de paz, agregó: "Debe ser una competición atractiva, basada en los méritos deportivos. Somos defensores de las ligas estatales y estamos abiertos a un diálogo abierto con la UEFA. Necesitamos más recursos para que esto sea un gran espectáculo. Creo que habrá un entendimiento”.

Y cerró: "Ha habido presiones a algunos clubs, pero la propuesta sigue existiendo. Nosotros hacemos unas inversiones muy importantes, los salarios son muy altos y se deben tener en cuenta todas estas consideraciones, teniendo en cuenta los méritos deportivos”.

 

En el Barca, la decisión no la toma una sola persona. Si la Superliga finalmente logra existir, deberán ser los socios compromisarios quienes den el visto bueno, en la Asamblea General Ordinaria que se llevará a cabo a finales de mayo.