Está claro que la cabeza del Barcelona está puesta en el próximo martes y de clasificar en Anfield a la final de la Champions League.
El encuentro de este sábado fue el claro reflejo de ello: Ernesto Valverde presentó un equipo muy alternativo y lo sufríó.
El equipo campeón nunca fue superior en el encuentro ante un Celta de Vigo que dominó de principio a fin el partido.
Sin embargo, recién en la segunda parte el local pudo abrir el marcador: lo ganó de los pies de Maxi Gómez e Iago Aspas.
En Balaídos sí que se festejó: el triunfo deja casi asegurada la permanecencia del Celta de Vigo.