La temporada que está construyendo Liverpool roza la perfección: el fin de semana pasado recién perdió puntos por la Premier League y en la Champions League se recuperó del fallido debut.

Ante Genk, los Reds abrieron el marcador a los dos minutos gracias a Alex Oxlade-Chamberlain, pero no fue todo lo mágico del primer tiempo del equipo de Jürgen Klopp.

Roberto Firmino se inventó una de las mejores jugadas de la jornada para dejar mano a mano a Sadio Mané con el arquero rival.

El delantero brasileño esperaba en la puerta del área, le vino el balón y tocó de primera ¡de rabona! Le salió perfecto.

Sin embargo, su compañero no pudo conseguir el gol gracias a una gran respuesta de Gaëtan Coucke.