La final de la Copa de Alemania demostró todo lo que se esperaba de la misma: un gran partido entre dos instituciones que culminaron en los puestos más altos de la Bundesliga y dieron todo para alzar el trofeo.

Si bien se esperaba que el Bayern Munich tome las riendas del partido, fue el RB Leipzig el equipo que salió desde el inicio a presionar constantemente a su rival en busca del primero del partido.

Gracias a una actuación espectacular de Manuel Neuer, Los Bávaros mantuvieron el cero en su valla y finalmente vieron la recompensa de resistir a los 28' de la primera etapa.

Los comandados por Niko Kovač desarrollaron a la perfección una gran jugada colectiva que fue mermándose de a poco y con mucha paciencia. Todo terminó en la cabeza de Robert Lewandowski, luego de una asistencia espectacular de David Alaba.

El artillero polaco cabeceó exigido y en completa soledad. Demostrando toda su clase y calidad, el goleador realizó un giro de cuello exacto que le permitió vencer la resistencia del arquero rival y estampar el primer grito de la noche.