Tan grande era la diferencia de puntos que PSG le había saco al Lille que en algún momento iba a coronarse campeón de la Ligue 1 aunque ya no volviera a ganar en la temporada.

Por eso no necesitó ni siquiera de enfrentarse con el Mónaco, porque el empate sin goles del Lille hizo la ventaja indescontable.

Es un campeón atípico, porque celebrará aunque lleva acumulados tres partidos sin conocer la victoria en la competición, incluyendo una aplastante derrota 5-1 ante su escolta.

Pero es un título más para el equipo más poderoso de Francia y aunque tal vez no vaya a celebrarse como otros, servirá para añadir la estrella al palmarés.

Felicitaciones, al campeón más triste de la historia.