Distanciándose de otras ligas europeas como la de Francia o los Países Bajos, la Serie A optó por continuar con sus actividades pese a los problemas instalados en el país a raíz del coronavirus. La casa madre del futbol italiano, en pos de completar su calendario y no dejar sus competencias desiertas, decretó hace unas semanas que la Copa Italia y el certamen local finalizarían lo antes posible.
Siendo el Inter uno de los clubes más comprometidos en la pelea por hacerse con el tan ansiado título de casa, el equipo de Antonio Conte enfrentó este miércoles al Brescia, uno de los equipos más flojos del torneo. Divisándose una amplia diferencia desde los primeros instantes de partido, al dueño de casa le costó poco marcar terreno e imponer su postura en el campo de juego.
Luego de marcar de penal a los 20 minutos y con el partido relativamente controlado, Alexis Sánchez sacó a relucir su pegada a la hora de enviar un tiro de esquina en el minuto 35 de la primera etapa. Sorprendiendo a todos los rivales, el chileno buscó lanzar un remate venenoso para marcar un gol olímpico.
Cruzando gran parte del área de la visita, el esférico, a escasos centímetros de ingresar, se topó con una respuesta a puro reflejo del arquero Jesse Joronen, quien desvió el remate y evitó la caída de su valla. Divisando que la jugada aún generaba peligro, un jugador de la visita remató y despejó el balón para llevar un poco de paz al Brescia.
Aunque el ex Barcelona no logró el mismo objetivo que Christian Eriksen en aquel cruce por las semifinales de la Copa Italia ante Nápoli, lo cierto es que todo indica que en el conjunto Nerazzurri se está haciendo costumbre intentar generar con mayor constancia jugadas de semejante calibre.
