Antifascista, antirracista y antihomofóbico. Esa es la carta de presentación del St. Pauli, un humilde equipo del norte alemán que nunca logró conquistar la Bundesliga pero sí enamoró a miles de fanáticos a lo largo del mundo como un fenómeno de culto por su identidad revolucionaria y progresista.

El St. Pauli cosechó muchos adeptos en todo el planeta, en México sus aficionados tienen su propia Fan Page "FC Sant Pauli Bloque México", "Piratas del Sur" en Argentina, en Colombia a través de Twitter con "St. Pauli Colombia", entre otros. Las razones son diversas pero todas apuntan a sus ideales y sus acciones defendiendo las causas sociales como bien resume en su hilo de Twitter @FootPolitica.

Fue fundado en 1910 en la ciudad portuaria de Hamburgo con una obvia injerencia de marineros y obreros de la zona. Su indumentaria marrón emula al color de la vestimenta de los trabajadores que marcaron los cimientos de la institución y su logo 'calavera pirata' radica en la estrecha relación de la zona donde se instaló el club con la piratería.

La 'bandera pirata', símbolo del St. Pauli (Getty)

La 'bandera pirata', símbolo del St. Pauli (Getty)

Pero la piratería no es sinónimo en Hamburgo de crimen o delito. Klaus Störtebeker fue uno de los piratas más famosos del Viejo Continente, catalogado como un Robin Hood que repartía su botín en partes iguales con sus hombres y ayudaba a los más necesitados de la población. ¿Su base de operaciones? El muelle Sankt Pauli, a donde se mudaría el FC St Pauli en la década del 80'.

Durante el nazismo, el club tuvo que acatar el régimen de Hitler y su estadio (actualmente Millerntor) se llamó Wilhelm Koch en honor al presidente de la entidad entre 1931 y 1969. Hasta que en 1998 se descubrió que Koch había sido miembro del partido Nazi.

Un importante punto de quiebre que se dio en el St. Pauli ocurrió en 1980, cuando el club se traslada a la región muelle San Pauli, epicentro de la vida nocturna de Hamburgo y una de las principales zonas rojas de Europa. Así creció una nueva afición incentivada por el barrio con punks, comunistas, anarquistas y socialistas entre otros. Aquellos que luchaban contra un sistema que los había dejado al margen, los desamparados.

Actualmente el St. Pauli milita en la segunda división alemana y su máximo logro deportivo fue conseguir el título norte de dicha categoría en la temporada 1976-77

Basado en principios igualitarios, se transformó en el primer equipo en el que su presidente declaró públicamente su homosexualidad (NdeR: Corny Litmann). En 1991 sumó políticas antirracistas y antihomofóbicas en sus estatutos y prohibió lo cánticos xenófobos. Incluso tuvo una camiseta con la leyenda: "No hay fútbol para los fascistas".

Los mensajes de igualdad y antihomofobia son moneda corriente en St. Pauli (Getty)

Los mensajes de igualdad y antihomofobia son moneda corriente en St. Pauli (Getty)

Todos los 27 de enero en Alemania se conmemora la liberación de Auschwitz, y los hinchas del St. Pauli van al estadio con banderas alegóricas contra los nazis, como por ejemplo  la esvástica tachada. En el 2014 apadrinaron al FC Lampedusa, un equipo de refugiados de Hamburgo y el lema de cabecera de su merchandising es "Ama al Sankt Pauli, odia el racismo". Además, la venta de camisetas con los apellidos de los jugadores está prohibida para no favorecer el individualismo.

¿Y el feminismo? En el año 2002 los aficionados lograron que se retire del estadio la publicidad de la revista Maxim porque publicaba fotos de mujeres desnudas y consideraban así que cosificaba a la mujer.

Alineado con sus conceptos de izquierda, Volker Ippig fue el portero del equipo durante la década del 80' y se alistó en una de las brigadas sandinistas apoyando a Daniel Ortega en Nicaragua. La imagen del Che Guevara es moneda corriente en el Millerntor y en el 2005 St. Pauli entrenó en Cuba y disputó un amistoso contra su Selección.

Uno de los más importantes rivales de los Freibeuter der Liga (los Corsarios de la Liga) es el Hansa Rostock, un equipo con muchos aficionados adeptos a la extrema derecha europea. Una de sus canciones como grito de guerra cita "construiremos un tren desde St. Pauli a Auschwitz". Un hecho muy recordado en esta rivalidad es el protagonizado por Deniz Naki, exjugador alemán de origen Kurdo que vistió los colores del St. Pauli. Naki convirtió el gol que sentenció el encuentro en favor del conjunto de Hamburgo y decidió festejarlo frente a los fanáticos del Rostock con el gesto de cortarles el cuello.

Hoy St. Pauli mantiene sus proyectos sociales, fomentando el deporte, ayudando a los niños de las familias con menos recursos o dando apoyo a los refugiados que llegan a la ciudad, e incluso a nivel mundial como por ejemplo con el proyecto "Viva con agua", instalando agua potable en aldeas del mundo. Mucho más que un club, una filosofía de vida llamada St. pauli.