Habiendo sido descubierto a finales del pasado 2019 en Wuham, China, al coronavirus le bastaron unos pocos meses de propagación para asentarse en prácticamente todos los países del mundo y comenzar a sebrar el caos allí. Muchos gobiernos, en pos de preservar la salud y vida de sus ciudadanos, se vieron forzados a instalar la cuarentena obligatoria en sus correspondientes territorios.

Pese a que los políticos de Italia, luego de un tiempo, llevaron a cabo y decretaron dicho proceso, muchos ciudadanos de allí insisten en que la normativa fue implementada de forma tardía y cuando el daño ya estaba hecho. Con el correr de las jornadas, el país europeo comenzó a presentar un brote descontrolado de infectados, el cual fue creciendo de forma exponencial a partir de ese entonces.

Como si fuese poco, ante la desprevenida y abrupta expandión del COVID-19, el Sistema de Salud del territorio del Viejo Continente fue puesto en jaque. Rápidamente, a poco de empezar su propia lucha, Italia ingresó en una situación crítica al ver sus hospitales colapsados y sus médicos sobrepasados ante la catarata de infectados que día a día se iba renovando. 

Hoy, más de dos meses después de confirmarse los dos primeros casos positivos por coronavirus allí, el país en cuestión, lentamente, comienza a retomar el control de una situación que generó un gran grado de angustia. Este jueves, como de costumbre, el Dipartimento della Protezione Civile publicó una nueva actualización con las cifras del coronavirus al día de la fecha.

Confirmando que 1.615 personas dieron positivo por primera vez en el test del virus, Italia reportó el deceso de 610 ciudadanos más en las últimas 24 horas. Trasladándonos a los números generales de la cuestión, la nación europea anunció hasta el momento un total de 143.626 casos desde el inicio de la pandemia -además, el número de fallecidos en total escaló hasta los 18.279-.