Aunque el epicentro del brote del coronavirus se originó en China, el virus en cuestión, con el correr de los meses a partir de su descubrimiento, se expandió y llegó a prácticamente todos los países del mundo, sembrando tras él un auténtico descontrol. Poniendo en jaque a los sistemas de salud, los Gobiernos de distintos territorios, en consecuencia, se vieron forzados a tomar la decisión de decretar una cuarentena obligatoria.

 

Encontrando una solución momentánea hasta que se encuentre una vacuna capaz de combatir más efectivamente al COVID-19, algunos países, con el correr de la jornada, se percataron que dicha normativa fue implementada de forma tardía. Italia, por ejemplo, habiendo confirmado sus primeros dos casos a finales de enero, al día de la fecha es uno de los lugares más afectados y castigados por el coronavirus.

Este lunes, a través de su sitio web, el Departamento de Protezione Civile de Italia actualizó y confirmó que se registraron miles de casos nuevos del virus en el territorio. Lastimosamente para el personal de salud que trabaja incansablemente en contra de la expansión del problema desde hace varios meses, la cifra de muertos y contagios creció, una vez más, de a centenares.

El ente en cuestión, actualizando al día de la fecha las cifras del coronavirus, anunció que desde el domingo hasta el presente lunes se confirmaron 1941 nuevos casos positivos de personas infectadas por el virus, además de reportarse la muerte de 636 individuos. Por otra parte, el organismo informó que 1022 ciudadanos lograron imponerse ante la enfermedad y superarla de una vez por todas.

 

Trasladado a los números globales de la pandemia en cuestión, la situación no hace más que aplicarle a la gente un duro baño de realismo: según anunció la OMS en su último comunicado oficial, el virus dio positivo en el organismo de más de un millón de personas desde que fue descubierto, además de haberse cobrado la vida de aproximadamente 65 mil individuos.