Si algo le faltaba a Antoine Griezmann en el Atlético de Madrid, era tener una actuación consagratoria como la de hoy en una final europea.

Ante Olympique de Marsella, la primera final de Europa League para él, el francés anotó el 2-0 repleto de jerarquía: recuperación rápida del equipo español y el delantero dejó en ridículo a Steve Mandanda en el comienzo del segundo tiempo.

Para la primera parte, a los 20 minutos de juego, Griezmann había abierto el marcador. Dos definiciones de crack para la joya del Atlético Madrid.