“Es que al Tuca no le gusta apostar por juveniles”, es un clamor generalizado proveniente de quienes cuestionan a Ricardo Ferretti por desconfiar de futbolistas sin experiencia en primera división, y que será también parte del recuerdo que dejará como DT de Tigres cuando se marche.

Por otra parte, las voces críticas de su estilo como entrenador, tildado de defensivo, señalan que gran parte del mérito de sus éxitos como director técnico se debe a que le gusta armar planteles con jugadores probados y experimentados que no impliquen esfuerzo extra en ayudarles a su formación.

 

En ese sentido, se ha manifestado que es su zona de confort. Mientras tenga una plantilla con hombres de trayectoria en el profesionalismo, e incluso estrellas, se siente cómodo para dirigir. A diferencia de otros técnicos que involucran a elementos de fuerzas básicas en el primer equipo, tanto para labor formativa como para generar competencia con los veteranos, a Tuca le caracteriza su poco o nulo interés en futbolistas sin bagaje.

Para muchos ese ha sido su talón de Aquiles que impide considerarlo un gran entrenador. En algunos casos se demerita su palmarés de títulos bajo el argumento de que los obtiene con planteles diseñados sin jóvenes, lo que se traduce en ponderar el resultado por encima del gusto por el juego.

Se trata de un aspecto que además causa extrañeza en futboleros que han seguido su carrera, ya que al haber militado e iniciar su trayectoria en los banquillos con Pumas, su formación como técnico tuvo una base de conocimiento en el trabajo y respaldo a categorías juveniles.

 

 

Así, el estigma de su rechazo a los jóvenes continúa parámetro de sus detractores para evitar un pleno reconocimiento de sus logros y aportes al futbol mexicano.