La MLS ha sido testigo de un renacimiento emocional en la figura de Lionel Messi desde su llegada al Inter Miami, un cambio palpable que refleja la influencia transformadora de David Beckham y su equipo, evidenciado en el agónico gol del empate ante Dallas FC en la Leagues Cup, el cual no solo rescató puntos en el marcador, sino también la esencia perdida de “La Pulga”: su sonrisa.

Desde su partida del FC Barcelona, Messi lidió con momentos difíciles por medio de falta de alegría en su juego, trasladando dicho sentimiento hacia sus dos años en PSG. Sin embargo, en Inter Miami ha experimentado un rejuvenecimiento en su pasión por el fútbol. La sonrisa radiante que se dibujó en su rostro tras el gol crucial fue testimonio de ello.

Durante sus últimos días como jugador culé, la desilusión parecía haberse apoderado de Lionel Messi. Sin embargo, en su nuevo hogar en Miami, esa nube de desánimo se ha disipado. Ejemplo de ello son las palabras de Jordi Alba, las cuales avalan este resurgimiento. La confirmación del camiseta 10 feliz y es una señal positiva para el fútbol, y por supuesto, para él mismo.

Messi es feliz

El papel de Beckham como líder y mentor en Inter Miami no debe subestimarse. Su experiencia ha creado un entorno propicio para que Messi recupere su brillo característico. El ambiente cálido y la conexión entre los jugadores han contribuido a este cambio en la actitud, donde el argentino ve la tranquilidad de jugar sin presión en la MLS.

De esta manera, ese gol del empate de Messi no solo salvó la vida del Inter Miami en la Leagues Cup, pues también describe a la perfección el momento de alegría que el astro argentino vive en su paso por Estados Unidos, donde ha llegado repartiendo goles y asistencias por doquier, con varias joyas de tiro libre incluidas. Sí, “La Pulga” es feliz nuevamente.