La publicación del ranking anual de la IFFHS, que ubica a Nacional de Medellín como el quinto mejor equipo del mundo, sumado a la destacada participación de Colombia en el Mundial de Brasil, pone de manifiesto el resurgimiento del fútbol cafetero. No se trata de las playas de Santa Marta, ni de un nuevo disco de Shakira. Nada tiene que ver la aparición de una nueva compañía cafetera, ni mucho menos de alguna telenovela que rompa el rating de la tarde. No se confunda. Lo que se celebra es que volvió a estar de moda el juego popular. Ese que hace culto del balón y de la pausa, del toque y de la gambeta. Ese que no tiene prisas, mientras el mundo corre detrás de la velocidad del fútbol 2.0.
El escorpión que Higuita hizo durante un amistoso en Wembley ante Inglaterra, fue elegido como la mejor jugada de la historia del fútbol
El proceso se había iniciado a finales de la década del ochenta, con la aparición de una generación de talentosos jugadores como Carlos Valderrama, Freddy Rincón, Faustino Asprilla, Adolfo Valencia y el portero René Higuita. Empezó a materializarse en el plano internacional con las tres finales de Copa Libertadores disputadas de manera consecutiva, aunque sin éxito, por América de Cali (85, 86 y 87). Se reforzó con Atlético Nacional consagrándose campeón de dicha competición en 1989, derrotando en la final a Olimpia de Paraguay, y con la clasificación del seleccionado al Mundial de 1990. Y tuvo su apogeo durante las eliminatorias para el Mundial de 1994, donde se produjo la histórica goleada por 5 a 0 ante Argentina, en el estadio de River Plate. Sin embargo, se interrumpió de manera trágica en Estados Unidos, con la eliminación del Mundial en primera ronda y el posterior asesinato del defensor Andrés Escobar, quien había convertido un autogol en la derrota ante el seleccionado local. El golpe fue duro, el descontento generalizado y comenzaron a unificarse las voces que pedían la necesaria separación de fútbol y narcotráfico. En el camino a un nuevo período de gloria, se consiguieron algunos triunfos aislados, como la obtención de la Copa América que el propio país organizó en 2001 y el título que Once Caldas logró en la Libertadores de 2004, derrotando en la final nada menos que al campeón reinante, Boca Juniors. Para analizar el resurgimiento del fútbol colombiano debe prestarse mucha atención a la llegada al seleccionado de Néstor José Pekerman, quien reemplazó a Leonel Álvarez en 2012 cuando se temía una nueva desilusión mundialista.
Radamel Falcao anotó 9 goles en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Brasil
El entrenador argentino, que había dirigido a la selección de aquel país en el Mundial de 2006 y previamente alcanzado múltiples logros con los seleccionados juveniles, inició un proceso que se caracterizó por fomentar el fútbol de base, trabajando palmo a palmo con los clubes. El resultado fue que a jugadores experimentados como Mario Yepes, Farid Mondragón y Luis Amaranto Perea, se sumaran jóvenes talentos como Juan Guillermo Cuadrado, Juan Fernando Quintero y Luis Muriel. La combinación, permitió explotar las condiciones de jugadores que se encontraban en el mejor momento de su vida futbolística, pero a los que les costaba plasmar su calidad en la selección. Así, creció el rendimiento de Radamel Falcao, James Rodríguez, Jackson Martínez, Pablo Armero, Camilo Zuñiga y Carlos Bacca, entre otros. La clasificación al Mundial de Brasil se consiguió con holgura, finalizando en el segundo lugar de las eliminatorias a tan sólo dos puntos de la Selección Argentina. Pero el año de Colombia fue sin dudas el 2014. Tras 16 años de sequía, la selección no sólo volvió al Mundial, sino que consiguió su mejor ubicación histórica tras derrotar a Uruguay por 2 a 0 en octavos de final. Y se pudo llegar más lejos si no se hubiera respetado de manera excesiva a un Brasil que, un partido después, mostraría sus debilidades ante Alemania. Los jugadores colombianos volvieron a ser cotizados en todo el mundo. Actualmente, 63 cafeteros juegan en equipos europeos de primera división, 14 en Argentina, 4 en Brasil, 18 en la MLS y 26 en México.
Jackson Martínez fue el goleador del último campeonato de Portugal, con 20 tantos jugando para Porto
James Rodríguez fue transferido a Real Madrid en 80 millones de euros y se consagró campeón del Mundial de Clubes. Carlos Bacca ganó la Europa League con Sevilla, Jackson Martínez fue el goleador de la liga de Portugal y Teófilo Gutiérrez, Carlos Carbonero y Eder Álvarez Balanta fueron parte de un exitoso año de River Plate, en el que se consiguió un campeonato local y la Copa Sudamericana. Los números hablan por sí mismos.
La llegada de James Rodríguez a Real Madrid constituyó la mayor suma de dinero pagada por un jugador colombiano en la historia
El nuevo año dejó en claro que el fútbol colombiano vuelve a estar de moda. Teófilo Gutiérrez fue premiado como el mejor jugador de América y Atlético Nacional de Medellín fue elegido por la IFFHS como el quinto mejor equipo del mundo, por encima de clubes como Juventus de Italia, el Chelsea de Inglaterra y el PSG francés. El resurgimiento del fútbol colombiano es una bocanada de aire fresco. Un refugio para la rebeldía creativa contra los límites que la táctica moderna pretende ponerle a la imaginación. A 14 días de comenzado un nuevo año, es un buen motivo para seguir brindando.