Dos arquitectos tienen un proyecto para con pequeñas modificaciones agregarle complejos habitacionales a los 12 estadios de Brasil 2014. El Mundial es una fiesta, y en Brasil no fue la excepción. Pero toda fiesta tiene su costo, y las críticas por los excesivos gastos públicos para financiar el mismo tuvieron lugar, y con mucho ruido. Aunque el entramado presupuestario no puede reducirse a cuántos hospitales se hacen con un estadio, el reclamo es válido, y si se puede organizar semejante acontecimiento, tienen que poderse mejorar los déficits básicos que Brasil ostenta en materia de educación, vivienda y salud. Así lo entienden Sylvain Macaux and Axel de Stampa, arquitectos franceses a cargo de Casa Futebol, proyecto que estima colocar entre 1.000 y 2.000 unidades de vivienda por estadio. “Hemos leído sobre las protestas en Brasil, de todo el dinero que se gastó para el Mundial e intentamos buscar una solución por nuestra cuenta, con un concepto y una imagen fuerte”, explicó Macaux. Sin dudas Brasil no es Sudáfrica, y el fútbol es un deporte absolutamente popular, una pasión que atraviesa todo el país. Mismo en el interior de Brasil hay equipos poco conocidos internacionalmente, pero muy convocantes, que militan en categorías menores, pero juegan ante 30, 40 o hasta 50 mil personas. Tal es el caso de Sampaio Correa, equipo de Maranhao o Santa Cruz, de Recife, ambos en la Serie B actualmente.

Cerca de 200 mil personas tuvieron que dejar su hogar por obras relacionadas a la Copa del Mundo.

El Arena Fonte Nova, en Bahia, el Arena Pernambuco en Recife, el Castelao en Fortaleza, y claro que el Maracaná, el Mineirão, el Beira-Rio, el Arena Corinthians o el Arena da Baixada, no van a tener problemas para convocar, serán usados por importantes equipos. Si son redituables o no, dependerá de la administración. (Conoce en detalle los doce estadios del Mundial). De todas maneras, aún quedan algunos que despiertan dudas sobre el futuro, especialmente el Arena Amazonia, en pleno Amazonas, donde por más amor que se tenga al fútbol, la densidad poblacional no alcanza para hacerlo funcionar en su plenitud. Lo mismo que el enorme Mané Garrincha, en Brasilia. Además, la idea de los franceses no implica dejar de utilizarlos, sino que su plan integral mantiene la función de los mismos, reduciendo un poco la capacidad y en su lugar incorporando las viviendas.

En al menos 5 estadios hay espacios de hasta 8 metros entre las columnas, donde pueden entrar las casas pre fabricadas.

El gasto en la construcción o arreglo de los doce colosos que alojaron la Copa del Mundo se calcula en casi 4 billones de dólares. A lo que hay que agregarle el mantenimiento, el Arena Amazonia costará 230 mil por mes. Macaux y de Stampa creen que pueden transformar dicho gasto en una obra más útil para las necesidades de Brasil, especialmente para el importante porcentaje que aún vive en la pobreza. Los arquitectos hacen hincapié en el concepto, la fuerza del mismo para inspirar este tipo de ideas, más allá de su posible realización, la cual están convencidos de poder llevar a cabo. Clic en la foto para ver el proyecto en imágenes:

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