El escenario Mané Garrincha de Brasilia, que fue una de las sedes del pasado Mundial, se privatizó y ahora funciona como aparcamiento de autobuses. Una locura.
La Copa del Mundo de Brasil 2014 generó muchas obras y grandes movimientos a lo largo y a lo ancho de todo el país sudamericano. Varios estadios fueron remodelados, y, otros tantos, fueron construidos desde cero. Por ejemplo, las mejoras del ‘Mané Garrincha’ de Brasilia tuvieron un costo de 800 millones de euros.
Lo llamativo es que dicho escenario ya no hace las veces de estadio de fútbol. ¿Cómo? El estadio, construido en 1974 y remodelado para el 2014, fue privatizado y ahora funciona como estacionamiento de autobuses. Ya está infrautilizado.
Las remodelaciones del estadio Mané Garrincha costaron 800 millones de euros.
¿La explicación? No hay en Brasilia ningún equipo que pueda llenar ese estadio con capacidad para 72.000 espectadores. El último encuentro de fútbol que se disputó allí fue el protagonizado por Brasil y Holanda, por el tercer y cuarto puesto del Mundial.
De todos modos, las autoridades desmienten, sin demasiados argumentos, que el estadio se ha convertido en un aparcamiento de autobuses: “Sólo esperan allí su horario y salen. No hay un garaje, una estación o mecánicos. Se estacionan allí para ahorrar combustible y contaminar menos”.