Para hablar de lo que es Uruguay, es inevitable recurrir a Rusia. Es que ambos seleccionados clasificados en el Grupo A han funcionado en esta fase como opuestos, al menos hasta el partido que los enfrentó.
Rusia había sido espectacularidad, contra todos los pronósticos, y en dos encuentros había conquistado ocho tantos. Uruguay había sufrido hasta el final en sus dos presentaciones, pese a las dos victorias conseguidas.
Pero en el cruce Uruguay fue el grande y Rusia, el local, el chiquitito. Entonces, los charrúas le arrebataron el primer lugar como se quita un dulce a un niño. Lo definió en el primer tiempo; con un gol de Súarez de tiro libre y con un autogol de Cheryshev, el máximo artillero ruso, que esta vez marcó pero en la otra puerta.
Rusia, para colmo, perdió a un futbolista para los octavos de final, porque a los 36′ se fue expulsado Igor Smolnikov por acumulación de tarjetas amarillas.
Y ya en tiempo de descuento, tras un gran cabezazo de Godín que despejó el portero, Edinson Cavani empujó el balón a la red para sellar la goleada y gritar su primer gol en el Mundial de Rusia.