Después que Oleksandr Usyk se impusiera en fallo dividido en la revancha ante Anthony Joshua, conservando así los títulos mundiales de la AMB, la OMB y la FIB que le había arrebatado el año pasado, Tyson Fury, monarca del CMB, se dijo listo para enfrentarlo por el campeonato mundial indiscutible de peso pesado.

El británico tuvo intenciones de que esa pelea fuese en diciembre, pero el ucraniano, que peleó en agosto, se encargó de aclarar que no sería hasta 2023, pues quería tomarse un tiempo para descansar, compartir con su familia y regresar a su país, en pleno conflicto bélico por las invasiones rusas a su territorio.

A partir de allí, Fury comenzó a buscar rival para cerrar el año y apuntó directo a Anthony Joshua, volviendo a abrirle las puertas a un combate muy esperado por los fanáticos en el Reino Unido. También deslizó la posibilidad de enfrentar por cuarta vez a Deontay Wilder. Pero todo eso quedó en la nada.

Finalmente, se anunció que el Rey de los Gitanos estará defendiendo su título mundial del CMB en una trilogía ante Dereck Chisora que ha decir verdad no genera grandes expectativas. Incluso el propio Oleksandr Usyk dijo no entender qué es lo que está buscando con esa pelea que tendrá lugar el 3 de diciembre en el estadio del Tottenham Hotspur.

“Me hace reír un poco. ¿Por qué está haciendo eso?”, se preguntó el ucraniano desorientado por el final de la novela de Tyson Fury después de muchas idas y vueltas en las que se pusieron grandes nombres en su camino para terminar peleando con un peleador que está más cerca del retiro que de un título mundial.