Desde siempre se ha estigmatizado a los futbolistas y exfutbolistas por ser alérgicos a la cultura y la educación, especialmente a quienes se desempeñan en el futbol mexicano. Se les considera “incultos”, de “malos gustos” y ajenos a una formación que les invite a ver más allá de la cancha. Actualmente hay jugadores y exjugadores que rompen con ese esquema. Ahí está el caso de Damián Zamogilny, analista en TUDN que ha decidido incursionar como productor de cine de animación con Águila y Jaguar: los guerreros legendarios. 

Pero no es el único que encuentra en el cine un estímulo. Hay futbolistas en activo que invierten dinero y tiempo en disfrutar y aprender del séptimo arte. Uno de ellos es Carlos Acevedo, portero de Santos Laguna. El guardameta está formándose como cinéfilo con películas de todo tipo y de distintas épocas.

Recientemente compartió en su cuenta de Twitter una imagen que describe su gusto por la película Pide al tiempo que vuelva (1980), de Jeannot Szwarc. Se trata de un melodrama romántico que ya es clásico de la cinematografía mundial. Es también uno de los títulos infaltables al hablar de viajes en el tiempo. 

No es la primera vez que lo hace. Su gusto por el cine lo transmite con otras películas, tales como El silencio de los inocentes (1992), de Jonathan Demme, y El exorcista (1973), de William Friedkin.  Incluso se ha caracterizado como El cuervo, personaje que inmortalizara a Brandon Lee por el filme The Crow (1994), de Alex Proyas.

La faceta cinéfila de Acevedo ha sido bien recibida por su fans y aficionados. Cibernautas que no son futboleros igualmente han aplaudido la fascinación que tiene el arquero por acercarse al cine con películas de antaño, varias de ellas consideradas clásicas o de culto.