Fluida y serena habla Sandra González Calderón, mejor conocida como Lady Apache. De cada pregunta que se le hace en la entrevista exclusiva con Bolavip México, ella forja una charla. Le gusta expresarse mediante la comunicación oral, sin importar que las palabras incitadas por los cuestionamientos conduzcan a episodios dolorosos de su vida. Da la impresión de que es incluso indolente porque no da muestras de mínimo flagelo, sin embargo, siente más de lo que transmite.

Elías Leonardo: ¿Cómo le hace Sandra para ser tan fuerte ante esas situaciones que no se sobrellevan o superan con facilidad?

Lady Apache: Primero que nada, el mejor equipo de tu vida es la familia, que es la plataforma de todo ser humano. Mis hijas se vuelven mi motivo día con día para despertar y seguir adelante. También tengo psiquiatra cerca y no porque esté loca. Ojo, no solamente los locos necesitan psiquiatras (o psicólogos), los seres humanos que queremos vivir en paz tenemos que tomar terapias. Trato de estar siempre al pendiente de mí porque es mi salud lo que está de por medio.

 

Como millones de personas en el mundo, ella intenta trascender la pérdida de un ser amado que fue víctima del coronavirus, su padre. Pero lo hace sin deprimirse o lamentarse; la pandemia le ha traído como aprendizaje el valor de disfrutar cada instante y, sobre todo, a demostrar que “calladita no me veo más bonita”.

No está dispuesta a guardar silencio ante ninguna injusticia. Habiendo sido víctima de violencia doméstica, machismo y misoginia, así como de una dura pelea por la custodia de sus hijas en tribunales, Sandra cree firmemente que enmudecer es carta abierta para permitir abusos y maltratos, por lo que insta a las mujeres a no quedarse calladas. Intenta hacerlo en su propio territorio, la lucha libre, no obstante se ha topado con una barrera: las propias mujeres.

EL: De la generación en que te forjaste a la generación actual de luchadoras, ¿con qué te topas? ¿Qué ha cambiado?

LA: Hay chicas que no tienen estilo de lucha, ni ganas de luchar. Una cosa es querer practicar un deporte y otra cosa es querer ser luchadora. Creo que hay muchas chicas confundidas, pero que no se dejan apoyar. Desafortunadamente entre nosotras las mujeres nos ponemos el pie, hay muchos egos. Somos muy inseguras y nuestras inseguridades las llevamos a lo laboral, nos falta compañerismo.

EL: ¿Por qué esa falta de compañerismo?

LA: En este deporte, que antes se creía que era sólo para hombres, nos falta ser más empáticas. Nos hemos convertido en mujeres que no han querido hacer unión, y esa unidad nos ayudaría a ser más fuertes para seguir creciendo en el panorama profesional. Antes existía eso, por eso surgieron grandes leyendas de la lucha libre, no en balde fueron quienes abrieron la brecha para muchas mujeres, pero eso se ha perdido. Hay mucho individualismo. Eso se nota en las carteleras.

 

 

Lady Apache hace el comparativo de la época actual con la época en que inició su carrera y compartió ring con luchadoras como Lola González, Rossy Moreno, Martha Villalobos, Xóchitl Hamada, La Briosa, La Diabólica, quienes llenaban arenas y lograron escalar a luchas estelares en funciones, además de conseguir mejores condiciones laborales. Argumenta que antes “jalábamos juntas” y “nos echábamos la mano” fuera del cuadrilátero.

EL: Hoy día muchas luchadoras quieren manejarse de manera independiente, es decir, sin estar sujetas a una empresa. 

LA: Así es. En ocasiones, algunas empresas te consideran de su propiedad y te prohíben crecer contratándote con otras. Por fortuna a mí me ha ido bien como independiente en Estados Unidos, pero es triste que en mi país no pueda serlo porque hay empresas que te ponen candados, restricciones y además te quieren pagar poco.

EL: ¿En Estados Unidos?

LA: Sí, allá he encontrado trabajo y un trato de primer nivel. En este año de pandemia, mis patrones vieron por mí en todo momento y tengo actividad. Eso no sucede en México, donde es triste ver a compañeras y compañeros pasándola mal porque, entre otras cosas, sus empresas no ven por ellos. En Estados Unidos se nos reconoce como trabajadores y acá no. 

 

Es por eso que Lady Apache matiza que no es una mujer que se vaya a callar. Por el contrario, asumiéndose como una estrella de la lucha libre que se ganó su lugar para ser valorada así, alzará la voz cuantas veces sea necesario para que luchadoras y luchadores sean tratados con dignidad como personas y deportistas por empresas que únicamente los emplean como carne de cañón.

Porque le agrada hablar y expresarse bien, Sandra González se puso como reto estudiar. Fortalecer el aspecto académico es algo que se propuso lograr luego de cumplir con metas como ser leyenda luchística, sacar adelante a sus hijas y darse a respetar como mujer en todos los sentidos.

EL: ¿Qué sigue para Sandra? 

LA: Estoy concluyendo mi preparatoria, porque quiero concluirla e ir por mi sueño de ser maestra en Educación Física. Tengo esa emoción de darme una carrera en las aulas. Con la pandemia (risas), mi hija y yo tomábamos al mismo tiempo clases de prepa. 

EL: Finalmente, ¿qué deuda tenemos los medios deportivos con las luchadoras que son leyendas como tú?


LA: Nomás no nos olviden.