La dirigencia de Chelsea ha logrado salir de una complicada situación legal. El club inglés había sido denunciado por exjugadores de sus categorías inferiores por presuntos tratos racistas durante su paso por el equipo hace más de 2 décadas. Ahora la entidad de la Premier League ha llegado a un acuerdo para evitar el juicio. 

Todo el asunto se remonta a la década de 1990, cuando Chelsea era propiedad de Ken Bates. Según los datos revelados por The Guardian, son 4 los excanteranos de los Blues quienes acusan Graham Rix y Gwyn Williams, quienes estaban al mando del equipo juvenil, por someterlos a un un "aluvión de abusos racistas vergonzosamente ofensivos".

"El lenguaje utilizado por Williams hacia nuestros clientes en la década de 1990 fue racista, deshumanizante y tuvo efectos perjudiciales duraderos en su salud mental" señala el abogado de una de las presuntas víctimas del caso. Los documentos judiciales especifican que los jugadores fueron golpeados, pateados y sometidos a otras agresiones. 

Indemnización 

El asunto estaba a punto de llegar a juicio, una instancia que no convenía para nada a Chelsea a nivel de imagen. En caso de llegar a juicio, varios exjugadores del primer plantel que presenciaron lo ocurrido en los equipos inferiores iban a ser llamados a declarar. Es por esto que la dirigencia actual ha decidido pagar una indemnización para que los 4 denunciantes retiraran los cargos. 

Fuente: Getty

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El medio antes mencionado asegura que la entidad londinense ha acordado con los denunciantes el pago de una abultada cifra para cerrar el asunto sin necesidad de ir a juicio. Si bien la cifra no fue revelada, se ha dado a conocer que el monto supera las 6 cifras.