El caso Peng Shuai parece haber llegado a su fin. De lo ocurrido en noviembre de 2021 cuando acusó en su cuenta de la red social Weibo al exvicepresidente de su país Zhang Gaoli por abusos sexuales a la intervención de la WTA y del propio Comité Olímpico Internacional (COI) mucha agua pasó bajo el puente y derivó en la suspensión que recibió China para organizar torneos de tenis.
La ex número 1 del mundo, con su publicación expuso a un altísimo dirigente chino pero con la eclosión del escándalo, Shuai eliminó su testimonio y desapareció misteriosamente durante tres semanas. Cuando el caso tomó máximo estado público, la WTA suspendió todos sus torneos en China. Y poco después, la propio jugadora afirmó que nunca había acusado a nadie de abusos sexuales y que su publicación en la red social Weibo del 2 de noviembre era un “asunto privado” que el público “malentendió”.
Si bien las conversaciones entre la WTA y las máximas autoridades del tenis chino se suavizaron, al tiempo que buscan encontrar una solución armónica al enfrentamiento. “Queremos encontrar una solución con la que Peng pueda sentirse cómoda, el Gobierno chino pueda sentirse cómodo y nosotros podamos sentirnos cómodos. No se trata de alejarnos de China”, dijo Steve Simon, director del WTA Tour. Y añadió: “Hemos suspendido nuestras operaciones allí en este momento. Continuaremos haciéndolo hasta que lleguemos a una solución. Esperamos estar de regreso en 2023″.
Ante la ausencia, con toda su opulencia económica, la WTA incluyó a Guadalajara, México (WTA 1000 a partir del 17 de octubre de 2022), y San Diego, Estados Unidos (WTA 500 desde el 10 de octubre), y Túnez (WTA 250 la semana del 3 de octubre). “El calendario de otoño de la WTA proporcionará una gran cantidad de oportunidades a las jugadoras”, apuntó Simon, en su comunicado.