Huracán venció 3-1 a San Lorenzo con gran contundencia en Mar del Plata. Una delicia del “Rolfi”, una joya de Ábila, un blooper de Caruzzo y un descuento de Quignón, le dieron los goles al encuentro.
En Mar del Plata, en la noche de sábado, se jugó el primer clásico capitalino del verano: San Lorenzo ante Huracán. La última vez, el Globo venció al Ciclón en Parque Patricios y lo condenó a mirar el campeonato de Boca desde el segundo lugar.
Con una primera parte sin muchas emociones, Daniel Montenegro despertó al Estadio Minella en su última jugada: estampó un extraordinario tiro libre, en el perímetro del área grande, para enloquecer a la gente de Huracán.
En el inicio del segundo tiempo fue la continuación del final del primero, para pesar de San Lorenzo y para alegría del Globo. Ramón Ábila, a los 7′, estampó el 2-0 gracias a una gran definición ante Torrico. Y a los pocos minutos, un rechazo fortuito del arquero azulgrana dio en Caruzzo y marcó el 3-0.
Para la anécdota y el resultado quedó el cabezazo de Quignón, sobre el final de un encuentro definido hacía tiempo. Como también fue la expulsión, por doble amarilla, de Sebastián Blanco, que le tiró un puñetazo a San Román, que lo había ido a marcar.
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