La temporada para los Houston Rockets no terminó como se esperaba. Otro año más que pasa y las Finales de la NBA parecen estar más lejos que nunca tras la decisión del coach Mike D’Antoni de no continuar en el equipo. Ahora los focos de las críticas apuntan a un solo nombre: James Harden.

Los Rockets apostaron por un small ball que los llevó a solo ganarles un juego a Los Angeles Lakers en las semifinales de la Conferencia Oeste de los Playoffs y con la decisión de intercambiar a Chris Paul por Russell Westbrook, fracasaron una vez más bajo el liderazgo de Harden. El objetivo era claro: volver a ganar un campeonato de la NBA tras 25 años.

 

¿Qué hacer? ¿Cuál es la solución? “No movería a Harden. Todavía es tan bueno, y ellos son demasiado viejos en este momento para comenzar una reconstrucción a menos que consigas un Jayson Tatum o Luka Doncic para reconstruir”, le dijo un ejecutivo de la Conferencia del Este a HoopsHype.

La idea no suena descabellada y como un plan a un futuro tendría lógica, pero hay un gran impedimento de por medio: el contrato de Harden. A ‘La Barba’ le quedan tres años del acuerdo que firmó en el 2017 por $228 millones de dólares, el mayor vínculo en la historia de la NBA.

 

 

“Mantendría todas las opciones abiertas, pero no estaría vendiendo Harden solo al mejor postor. En los últimos dos años, fácilmente podrían haberlo ganado todo, así que no creo que sea justo entrar en pánico todavía si pierden. Ahora, si hay mucho por ahí, esa es una historia diferente, pero todavía creo que vale la pena aguantar un año más. Si Westbrook es negociable, hágalo”, concluyó el ejecutivo de la Conferencia del Este.