El hotel Hayes Mansion de San José fue ambientado para recibir al seleccionado argentino que espera permanecer en tierras estadounidenses a lo largo de todo junio y regresar con el trofeo de campeón de la Copa América Centenario.

Pintoresco. Ahondar más en calificativos podría herir las susceptibilidades de quienes han estado trabajando duro para que los futbolistas argentinos se sientan como en casa. Aunque difícilmente éstos tengan en sus hogares fotos como las que intentan decorar los pasillos del edificio estilo colonial; que no son otra cosa que gigantografías de ellos mismos, en algunos casos estiradas, en otros con un polémico color de piel.

Eso sí, todo, absolutamente todo es celeste y blanco. Incluso la cuerda que sirve para atar el papel higiénico, obstáculo con el que más de un crack en situación de emergencia deberá lidiar antes de sentarse a buscar la victoria.

En cada habitación, todos tienen su propia foto acompañada de una frase motivacional. Todos, incluso Víctor Cuesta, que aunque no hizo tiempo para posar con la celeste y blanca, cedió generosamente su cabeza para que sea montada en el cuerpo de algún cortado por Martino.

Donde la organización de verdad se pasó es en el armado de la sala de juegos, aunque para ello contaron con la logística del Kun, al que después le piden que haga goles. No se puede estar en todo, muchachos. El delantero del Manchester City dejó claro que, junto a la PlayStation, no podían faltar el FIFA 2016, un juego de tenis y otro de UFC. Además, el salón cuenta también con mesa de ping pong, pool y visor de animación 3D.

Respecto de las tradiciones gastronómicas, llegaron a San José 100 kilos de yerba mate, pero ni un sólo pote de dulce de leche, porque la estricta dieta de cracks como Messi y Agüero lo tiene completamente vedado. Dicen que Cuesta sí quería, pero él ni siquiera tiene su propia foto…

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