No se llenó el Monumento al gran Chucho Benitez, el estadio que está ubicado en el Parque de los Samanes de Guayaquil. El primer tiempo fue todo de Emelec pero con una sola chance clara: un gran disparo de Pedro Quiñónez que tras un atajadón del portero mundialista Fabián Carini estrelló en el poste y salió desviado. No tuvo mucho más la primera etapa. Un equipo local que atacaba bien y un visitante que se defendía con eficiencia.
En los segundos 45 minutos se vio al Ballet Azul más agresivo aún. Por momentos con mucha precisión pero la defensa de Juventud de Las Piedras liderada por Énzo Pérez lucía ordenada e insuperable. La primera vez que pudo desarmar el Bombillo esa muralla ya parecía que cantábamos el primer gol del partido: Escalada se quedó solo frente a Carini pero el portero uruguayo demostró su grandeza en el mano a mano. Volvió Escalada a tener otra oportunidad, esta vez con la cabeza, pero no quería entrar la pelota.
Preocupación para Atlético Juventud: tenía un obscuro panorama porque los ecuatorianos se venían como avalancha y encima los uruguayos perdieron un hombre por expulsión. Se trataba de Matías Alonso, el delantero. El cuadro millonario era el único protagonista y dominador pero no generó demasiadas situaciones claras. En el último suspiro lo tuvo Miller Bolaños que esquinó como siempre, pero no siempre el arquero es Fabián Carini. Se estiró como un gigante y atajó el gol que hubiera sido la victoria de Emelec.
Así llegó el final del partido y el cerrojo no se rompió a pesar del volumen de juego que tiene el equipo Azul, de su localía y del hombre menos que tuvo Juventud durante casi todo el segundo tiempo. La vuelta será el 17 de septiembre y el rival del ganador será seguramente Independiente Santa Fe de Bogotá que superó por 2-0 a Nacional de Uruguay en tierra Charrúa.