El conjunto de Diego Milito quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Sudamericana a manos de Chapecoense. No logró ser superior al rival en los 90′ reglamentarios y falló en la lotería de los penales. Graves incidentes entre la hinchada y la policía durante el partido.
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Duro golpe para Independiente. El gran objetivo del semestre quedó trunco. La ilusión de volver a levantar la Copa Sudamericana, tal como lo hizo en 2010, se chocó con Chapecoense. Tras el 0 a 0 en Avellaneda, el equipo brasilero dispuso de las mejores chances en la vuelta y mereció ganarlo en los 90′, aunque recién pudo alcanzar su objetivo en la definición con tiros desde el punto de penal.
El primer tiempo tuvo más de insinuación que de otra cosa. Los dos equipos carecieron de herramientas y creatividad como para romper a la defensa rival. La visita tuvo un buen arranque de la mano de Rodríguez, pero el Cebolla se fue apagando y con él las posibilidades de adelantarse en el marcador. Lo del local no fue mucho mejor y así se fueron al descanso casi sin situaciones en los arcos.
El arranque del complemento pareció cambiar la sintonía. El Marciano Ortíz estrelló un remate en el travesaño y Chapecoense estuvo dos veces muy cerca de abrir el marcador mediante jugadas de pelota parada. Después de los incidentes entre la hinchada argentina y la policía brasileña, los de Milito se volvieron a salvar milagrosamente: Bruno Rangel desperdició una chance abajo del arco y un remate de Cléber Santana casi rompe uno de los palos del arco de Martín Campaña. Independiente lo pudo ganar en la última con Rigoni, pero el ex-Belgrano le erró al arco y hubo que ir a los penales.
Allí pasó de todo. Los arqueros Campaña y Danilo fueron las grandes figuras e Independiente dispuso en los pies de Sánchez Miño la chance de clasificar. Si el ex-Boca marcaba, el Rojo pasaba, pero el volante malogró su tiro al igual que Benítez, Rigoni y Tagliafico y Chapecoense terminó festejando.