Cuando Carlos Tévez volvió de su periplo por el fútbol chino, no imaginó un final mejor al que se le presentará la próxima semana.
Boca, su equipo, tendrá en frente a Riveren la que será la final de Copa Libertadores más apasionante de la historia.
Si bienCarlitosperdió terreno ante los buenos rendimientos de sus compañeros y su bajo nivel en la segunda mitad del año, supo asumir rápidamente su rol y aporta desde lo grupal y, en ocasiones, desde adentro del campo de juego.
Ayer, tras el empate que le dio la clasificación asu equipo ante Palmeiras, elApachese metió a la cancha para celebrar junto a sus compañeros.
Una foto abrazándose aNahitan Nándezse viralizó rápidamente en las redes sociales por la efusividad con la que Tevezgritó por su equipo.
No entró ni un minuto, peroCarlitosdejó en claro que, si bien la suplencia lo incomoda, el grupo está por encima de las individualidades.