Denver Nuggets se ha transformado en una franquicia especialista en apostar en jugadores a largo plazo. Como cuando se planta un manzano, los frutos tardan en llegar. Pero algo es seguro: con un buen cuidado, siempre lo hacen. Así es la estrategia de los Nuggets y, definitivamente, están cosechando cada una de las manzanas en Orlando, la ciudad que parece ser la de las condiciones ideales. 

En los juegos de preparación, el que sorprendió a todos fue Bol Manute Bol. Ahora, cuando se juegan cosas importantes y no se cuenta con Jamal Murray, Michael Porter Jr. es la sensación de los Nuggets, quien terminó con un segundo partido consecutivo de alto calibre y con números que se asemejan a jugadores como LeBron James, Luka Doncic y todos los de esa especie. 

 

Ahora bien, ¿cómo es posible que el joven de 22 años que viene de convertirle 37 puntos a Oklahoma City Thunder y 30 a San Antonio Spurs, haya caído a la decimocuarta posición del Draft del 2018? La respuesta es casi la de siempre, pero no deja de ser sencilla: una lesión que se creía que no iba a poder ser sustentable a largo plazo en la NBA

En su incursión a la NCAA, Porter era uno de los tres mejores prospectos de cara a su clase e incluso varios especialistas lo colocaban como el mejor de todos, por encima de DeAndre Ayton, Marvin Bagley III, Luka Doncic o Trae Young. Sin embargo, el alero se lesionó la espalda y solamente disputó tres partidos en la Universidad de Misuri.

  

Los problemas siguieron llegando, ya que al ser elegido por Denver recayó en su lesión y debió someterse a una nueva cirugía. Luego del contratiempo, pudo debutar oficialmente a finales de octubre del año pasado, después de perderse los primeros 5 juegos. Evidentemente, se acaba de destapar en la burbuja de Orlando con números que no se veían desde Blake Griffin en el 2011. Que siga de igual manera.