El amistoso saludo de Cristiano con Al-Khelafi, propietario del PSG, y el susurro cómplice que, en pleno partido, deslizó al oído de Laurent Blanc, preocupan en la Casa Blanca, donde lo consideran un coqueteo del portugués con el club francés.

Al madridismo no sólo se lo notó fastidioso por un equipo que, a pesar del triunfo, no se lució en el Bernabéu e incluso mereció perder ante un Paris Saint Germain que lo buscó por todos los medios pero que estuvo errático en la definición.

En zona mixta, Florentino Pérez le reclamó a Cristiano por sus últimas declaraciones.

Mucha más preocupación generó, en los aficionados y en los altos mandos de la directiva merengue, la complicidad que Cristiano Ronaldo se encargó de hacer visible y que tuvo como destinatarios tanto a Al-Khelafi, dueño del club parisino, y Laurent Blanc, entrenador que sueña contar con el portugués la próxima temporada.

Con tantos atenuantes, la clasificación de Real Madrid, con dos partidos de anticipación, a los octavos de final de la Champions League quedó, por desgracia para un Rafa Benítez que justifica su éxito desde la frialdad de los resultados, reducida a un segundo plano.

Las especulaciones sobre una salida posible de Cristiano a final de temporada, instalada por sus propias declaraciones y reforzada con esa complicidad que tan mal cayó en los pasillos del Bernabéu, cobraron fuerza y el futuro del crack portugués en Madrid se ha vuelto incierto.

+Gestos que valen más que mil palabras

+El reclamo de Florentino

+Cristiano: “El odio me empuja”

+Abrió la puerta de salida

+Botas nuevas

+Disfruta los mejores videos del día