LeBron James finalmente obtuvo la ayuda que pedía para su escuadra de Los Angeles Lakers, al conseguir a DeMarcus Cousins en la agencia libre y previamente a Anthony Davis en un traspaso.

Asimismo, el Rey de la NBA le cedió el número 23 a Davis para que lo vistiera en la franquicia angelina, demostrando que estaba dispuesto a compartir el liderazgo del equipo con el joven ala-pívot.

No obstante, las últimas declaraciones de Davis podrían dejar claro que habrá una pugna por el poder en el vestuario angelino desde la próxima temporada, cuando habló sobre el mejor jugador de la NBA:

"Soy el  mejor del mundo. Creo que puedo hacer cosas que nadie más puede hacer. Puedo jugar en el perímetro y defender debajo del aro. Soy un jugador dominánte y seguiré creciendo".

Al final de sus declaraciones, Davis quiso enmendar la situación e hizo alusión a otros baluartes de la liga como Stephen Curry, Kawhi Leonard y el mismo LeBron James, no sin antes reafirmar que él era mejor que todos ellos.

Ahora que finalmente tiene un gran equipo de su lado, Davis deberá respaldar esas palabras en el tabloncillo, pues la responsabilad de jugar en una franquicia como los Lakers es un enorme peso que no todas las estrellas consiguen sobrellevar.