Fue una de las contrataciones más extrañas a principios de la pasada temporada; sin embargo, con un trabajo silencioso y eficaz, el entrenador Frank Vogel llevó a Los Angeles Lakers, junto a su máxima figura LeBron James, a ser campeones de la NBA luego de diez años.

Pero no fue un camino sencillo, porque en la primera temporada del Rey con los laguneros, ni siquiera lograron clasificar a la postemporada, lo que llevó a la dueña Jeanie Buss a despedir al técnico Luke Walton tras cuatro años de fracasos, siendo cuestionada, además, la labor de Rob Pelinka como gerente general.

Ante ese escenario, y con Tyronn Lue más Monty Williams rechazando la opción de hacerse cargo del equipo, la responsabilidad cayó en Vogel, de mal paso por Orlando Magic, quien firmó por tres años con los Lakers, como una especie de pantalla para ayudar a Jason Kidd a ser el futuro entrenador, pero el tiempo provocó un cambio radical.

El esquema de Vogel en los Lakers
 

El estratega convirtió a los angelinos en un equipo armonioso, con sus estrellas máximas, LeBron y Anthony Davis, comprometidas con el bien colectivo y alejados de toda polémica, además de aplicar algo que el propio Rey conocía: una fuerte y efectiva defensa, algo que le trajo resultado con Indiana Pacers en 2014.

Ese background que tenía James provocó que todos sus compañeros se mostraran dispuestos a obedecer el esquema de Vogel, el cual tendría a la hora de obedecer dos conceptos del básquetbol de antaño, como son mucho físico y fuertes referentes interiores.

¿Cómo Vogel se ganó a LeBron?
 

Pero quizás lo que mejor cayó en los jugadores fue que, en los momentos claves, Vogel asumíó siempre la responsabilidad de las derrotas, y lo más importante, no tuvo tratos diferenciales entre LeBron y Davis con el resto, repartiendo reprimendas y elogios en la medida justa y para todos, sin excepciones.

 

Pero lo más curioso venía a la hora de las charlas técnicas, donde el entrenador volvía locos a sus jugadores citando a humoristas que ellos no conocían y usando fragmentos de comedias y algún que otro sketch de Saturday Night Live; de esa forma, todos se sintieron importantes, se generó la confianza mutua y se ganó el afecto y respeto de James.

 

 

No tendrá el carisma de Pat Riley o el aura de Phil Jackson, pero con una enorme capacidad de gestión y una brillante capacidad táctica, Vogel pide cancha para meterse entre los grandes de la historia.