Kevin Durant es sencillamente impresionante. Para alguien de su estatura, el hecho de que haga las cosas que hace simplemente desafía la lógica.

El alero de Golden State tiene la habilidad de un base y la altura de un centro, por lo que cada vez que realiza sus acrobacias, deja a propios y extraños completamente perplejos.

Esta vez, sus víctimas fueron Clint Capela y James Harden, que se mostraron indefensos e impotentes a la hora de tratar de contener al All-Star.

En la victoria de los Rockets sobre los Warriors, Harden trató de forzar a Durant a pasar al acercarlo a la línea lateral, pero el primer paso de KD dejó al barbas completamente desequilibrado, llegando al aro con gran velocidad gracias a su envergadura, poco antes de que Clint Capela pudiera bloquear su remate.

Así, Durant realizó una enfática clavada para poner a su equipo en ventaja 11-6, pero eventualmente los Rockets dominarían 107 por 86 a los campeones defensores.