Uno de los eventos más significativos en la previa del Mundial de Rusia 2018 para los argentinos tuvo como protagonista a Alejandro Gómez.

El Papu, en un duelo contra el Milan, disputó una pelota con Lucas Biglia, ya convocado para representar a la Selección Argentina en la Copa del Mundo, y lo lastimó en una zona que ya tenía comprometida.

La polémica estalló sobre las intenciones del 10 que ni le pidió perdón en el acto, mientras su compatriota se iba lesionado.

Mucho tiempo después, en diálogo con el programa El Que Abandona No Tiene Premio, volvió a hablar de ese momento y estuvo lejos de poner paños fríos: "Considero que no le hice mal, ni siquiera me amonestaron. En todo caso, si él no estaba en condiciones de jugar no tendría que haberlo hecho", disparó.

Luego reflexionó, pero siempre manteniendo su postura: "Pasó lo que pasó pero ya lo expliqué. Reconozco el error de no haberle pedido disculpas en el momento. Fue cosa del partido y no ameritaba hablarlo en ese momento".