CONMEBOL redujo las sentencias a las clubes y jugadores a la mitad por ser el año de su Centenario. ¿Esperaran a caso que la justicia haga lo mismo con sus exdirigentes presos por crimen organizado, lavado de dinero y sobornos?

¿Qué se podía esperar de una asociación cuyos dirigentes van cayendo uno por uno? Y no podemos quedarnos solo con la CONMEBOL si queremos entender el todo. El sistema completo que de la FIFA está podrido. Desde los altos mandos hasta los líderes regionales. No hay nada que rescatar, y en este entramado se entiende que pueda pasar cualquier barbaridad.

Pero hoy toca CONMEBOL. Asociación que fue presidida por el paraguayo Nicolás Leoz entre 1986 y 2013 hasta que un día, renunció repentinamente por “problemas de salud”. Poco tiempo después ya no se podría esconder la verdad.

Nicolás Leoz a cambio de su apoyo a la candidatura de Inglaterra para el Mundial pidió su intercesión frente a la corona británica para obtener el título de Caballero del Imperio Británico.

El periodista británico Andrew Jennings reveló en 2007 que el paraguayo había recibido sobornos por parte de ISL, empresa de marketing, para asignar los derechos de TV de los Mundiales. Al igual que Ricardo Teixeira, expresidente de la CBF y de João Havelange, expresidente de FIFA. Culpabilidad que aceptó la propia FIFA en 2013. En 2015 Leoz fue capturado por el FBI.

Aquél día cayeron también Eugenio Figueredo, José María Marín y Rafael Esquivel. Y no cayó Julio Grondona simplemente porque estaba muerto.

“Crimen organizado y de recibir sobornos”, es una de las caratulas que tiene el FBI.

Figueredo, justamente, era el dirigente que había reemplazado a Leoz cuando renunció en 2013. Su causa es fraude y lavado de activos, acusado de recibir sobornos por parte de empresas privadas para la televisación de certámenes organizados por la CONMEBOL hasta 2023, en una causa en Estados Unidos.

Marín, presidente del CBF que reemplazó a Teixeira, y Esquivel, de la Federación Venezolana, detenidos también por la misma causa, junto con otros dirigentes de la CONCACAF, todos acusados de “crimen organizado y de recibir sobornos”.

¿Quién tomó la CONMEBOL con Figueredo preso? Juan Ángel Napout. Bueno, parece que ese puesto está maldito. Porque en una segunda redada, el dirigente fue detenido también por la misma serie de causas. “Los responsables de la FIFA son sospechosos de haber aceptado dinero a cambio de vender los derechos de marketing relacionados con la difusión de campeonatos en América Latina y con partidos de clasificación para el Mundial”, había explicado la justicia suiza en un comunicado anterior.

Manuel Burga (ex presidente Federación de Perú), Carlos Chávez (ex presidente Federación de Bolivia), Luís Chiriboga (presidente Federación de Ecuador), Marco Polo del Nero (presidente Confederación de Brasil), Eduardo Deluca (ex Secretario General de Conmebol), José Luis Meiszner (ex Secretario General de Conmebol), Romer Osuna (ex Secretario de la Federación de Bolivia) y Ricardo Teixeira (ex presidente Confederación de Brasil); también cayeron aquella jornada de diciembre, junto a más dirigentes de CONCACAF.

¿Qué se puede esperar entonces de una asociación cuyos responsables en el último tiempo están tras las rejas? Los estatutos, los contratos vigentes, los procedimientos. Todo está manchado.

Alejandro Domínguez se transformó en el nuevo presidente a fines de enero. Nada nos permite confiarnos de él, porque la entidad está podrida y su credibilidad es nula. El comienzo es desolador.

El ejemplo de Adrián Leiza es lo único rescatable:

El tesorero de CONMEBOL, Luis Segura, revendiendo entradas en Brasil 2014: