43 mil aficionados rugieron con la victoria de Tigres en la primera final del Apertura 2015, entre los cuales estuvo el cómico Rob Schneider, fanático felino.

Y no solo el estadio vibró con la victoria, porque desde el comienzo del partido fue una fiesta.

Con el primer gol el Volcán estremeció todo México. Una explosión de alegría con epicentro en Nuevo León.

Sin dudas, una de las mejores aficiones del continente. Si bien el equipo dejó dadas las condiciones, desde las gradas llovió aliento y un hermoso repertorio de poesías.

Tras la victoria final, la alegría fue completa:

¡Pero que alguien le avise a Schneider que la copa no se toca hasta que se gana!