Christian Giménez no fue un jugador más en la historia de la Liga MX: pasó por América, fue ídolo absoluto de Cruz Azul y se retiró con Pachuca, un club al que le tuvo mucho cariño desde joven y con el que fue figura hace una década.

Después de su último partido como profesional, en el que fue ovacionado al ingresar por Pablo López, el ofensivo argentino se emocionó en pleno campo de juego tras el 1-1 contra León que no les alcanzó a los Tuzos de la Bella Airosa para meterse en la Liguilla de este Apertura 2018.

"La verdad es que tengo gente maravillosa, de un corazón enorme. Hay mucha gente a la que tengo que agradecer, a la prensa, a mis compañeros y a toda la gente de México que me abrió las puertas. Lo único que puedo decir es que estoy muy emocionado y muy contento de ser mexicano", expuso el Chaco.

Tras el silbatazo final, se agachó para besar el pasto del Hidalgo, emocionado hasta las lágrimas. Sus compañeros del equipo lo abrazaban a medida que caminaba. Lloraba de emoción, mientras los aficionados le aplaudían.

Giménez jugó los últimos 14 años de los 20 de su trayectoria en la Liga MX, en la que también pasó por Veracruz, en tanto que en su país natal había jugado en Boca, Unión e Independiente. En total, el volante disputó más de 500 partidos en la Primera División, con más de 100 goles, más de 100 asistencias y 15 Campeonatos.