Tras la lesión de Dybala, Bauza se decidió por Belluschi y Lavezzi para los duelos por Eliminatorias ante Brasil y Colombia. El jugador de San Lorenzo era el más pedido en el ámbito local.
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No es una joven promesa ni un experimentado con vigencia en Europa, pero sí es un distinto que nos demuestra que a veces el talento le escapa a parámetros específicos.
Es cierto que los cracks sudamericanos suelen estar en Europa, es lógico y es falaz creer que “los de acá” van a poder hacer algo mejor que “los de allá”, es un cuento de hadas, un grito de prostesta, que puede durar hasta que se de un pitazo inicial y en frente haya un rival convencido, talentoso y trabajado; como suele pasar en este nivel.
Siempre hay excepciones y Belluschi es una de ellas. Un futbolista particular, que hizo una carrera a contramano a lo que suele ocurrir con un crack de sus características. Por su nivel insinuado en River a los 24 años y confirmado en San Lorenzo, hoy, a los 33; uno rellena ese trajín con una carrera fructífera en los primeros planos de Europa y la Selección Nacional.
Pero no. Si bien fue fructífera, sus mejores actuaciones fueron en una red de teatros alternativos, under, como Olympiakos, Porto o Bursaspor. ¿Habrá sido por eso que nunca se nos ocurrió pedirlo con vehemencia a la Albiceleste? ¿Dónde estaba escondido todo ese talento que hoy desparrama por los escenarios locales? ¿Cómo no le dio para un salto a un grande europeo, al menos para pelear un lugar?.
Poco importa ya, las carreras no tienen que seguir un patrón específico, eso es un invento de nuestras mentes simplificadoras. Belluschi hoy está grande y llegará aún más grande a Rusia 2018, pero Argentina tiene un gravísimo problema en la creación y el Iniesta de Los Quirquinchos puede ser, al menos, una alternativa para la ilusión.
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Después al fútbol se juega de 11 y si Bauza propone un equipo larguísimo como ante Venezuela, es probable que Belluschi no haga pie y apenas pueda hacer algunos malavares. En cambio, con las líneas más apretadas, con jugadores como Banega, Biglia, Gaitán o los talentosos de arriba, ni hablar Messi; puede ayudar a afinar la sintonía.
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El Mago Valdivia no necesitó jugar en Europa para, cuando le tocó, ser el conductor de un Chile bicampeón de América. Su talento innato siempre le permitió asociarse con los cracks internacionales como Vidal o Sánchez.
La pelota no le pide pasaporte ni códgo postal a aquél que la trata bien.
