Ronaldinho decidió poner fin a su vínculo con Fluminense, donde apenas permaneció 80 días y disputó 9 partidos, varios de ellos como suplente.
Ya no tiene ganas de esperar su momento, quince o veinte minutos por partido no le llenan el alma y los entrenamientos no lo motivan como antes. No es fácil para alguien que fue aplaudido en el mismísimo Bernabéu, cuando vestía la camiseta de Barcelona, aceptar que su aporte no es suficiente.
Claro que serán muchos los que, a sus 35 años, lo dejarán jugar parado en el campo, esperando un segundo de magia que confirme que valió la pena, pero Ronaldinho ya está grande para confirmaciones. Por eso, tras rescindir su contrato con Fluminense, vínculo que apenas duró 11 semanas, el futuro del crack brasileño es incierto.
Sus amigos contaron a medios brasileños que estaba harto de ser suplente, pero, además, harto del fútbol. Entonces, son muchos los que temen por la posibilidad de un retiro definitivo. “No hay nada decidido”, comentó, de manera escueta, su hermano y representante Roberto Assís.
La salida pacífica de Dinho de Fluminense es una muestra más de que su decisión tuvo mucho más que ver con el cansancio y la falta de motivaciones que con un cortocircuito con la directiva. “Ha sido un honor vestir esta camiseta. No estaré en el campo, pero estaré entre la afición”, explicó el crack en su cuenta de Facebook, y agradeció a todos sus compañeros, cuerpo técnico y afición. ¿Volverá?
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