Hace 130 años empezó a escribirse, de manera oficial, la historia del básquet. El 21 de diciembre, pero de 1891, el profesor de educación física James Naismith terminó de delinear y crear una disciplina deportiva que, tiempo después, se convertiría en una de las más practicadas del mundo: el básquet.

En rigor, el básquet surgió desde la necesidad de la escuela secundaria YMCA de Massachusetts para que sus alumnos tuvieran alguna actividad física en invierno, los días de frío extremo. Por ello, Naismith, profesor de un instituto en Springfield, Massachussetts y de la Universidad de Illionois, aceptó el desafío de modificar un poco la lógica de entonces de imponer deportes con mucho contacto físico y poca habilidad.

Basado en un antiguo juego de su infancia, que consistía en acertar a un pato de juguete sobre una roca con una piedra, ideó algo similar con canastas para juntar manzanos o duraznos, donde habría que introducir un balón para lograr sumar puntos.

Este canadiense, nacido el 6 de noviembre de 1861 y fallecido el 28 de noviembre de 1939, ofició de creador y como tenía 18 alumnos, decidió que los equipos estuviesen formados por nueve jugadores cada uno. Con el paso del tiempo, este número fue disminuyendo: primero a siete, y finalmente a cinco. El tablero, asimismo, se creó para darle un soporte o contención al aro, que se ponía, uno para cada equipo, en los extremos del campo de juego. Esos canastos de manzanas o duraznos, luego, se transformaron en aros metálicos con una red sin agujeros hasta llegar el aro en los que hoy se conoce.

Pero ese 21 de diciembre de 1891, lo que se considera el primera partido de básquet fue una carnicería, tal como el propio Naismith contó años después: “El primer partido fue una matanza. Les enseñé las dos cestas de melocotones colgadas a ambos lados del gimnasio antes de explicarles que la idea era lanzar la pelota en la cesta del equipo (por entonces formados por nueve jugadores) contrario. Soplé el silbato y así arrancó el primer partido de baloncesto. Los chicos empezaron a cargar el uno contra el otro, a golpearse y darse puñetazos para acabar peleándose en mitad del gimnasio como si todo valiera”.

Las reglas del básquet, hechas porJames Naismith

Claro, sin reglas claras, los pioneros de aquel deporte, nueve por equipo, acabaron enzarzados en una monumental pelea en el centro de la pista.

Por eso, luego propuso trece reglas, las cuales determinaban que el jugador no podía correr con la pelota entre sus manos, que se podía lanzar en cualquier dirección con una o las dos manos, que podía ser golpeado con ambas manos pero nunca con el puño y que no se permitía golpear o empujar al rival y, mucho menos, patearla, entre otras.

Recién en los Juegos Olímpicos de 1928 y 1932, el básquet fue un deporte de exhibición y, en 1936, alcanzó el estatus olímpico. En esos Juegos, Naismith fue invitado a Berlín y observó la opulencia y prepotencia alemana en una cita olímpica.

El deporte gustó tanto que se impuso en la mayoría de las escuelas de Estados Unidos. Pero no fue hasta la Primera Guerra Mundial que cogió gran impulso, sobre todo gracias a los soldados estadounidenses que jugaban con la pelota naranja en sus ratos, por así decirlo, libres. A partir de ahí, no detuvo su crecimiento. Luego llegó a México y, posteriormente, accedió a Europa, merced a las sedes de YMCA en París, Francia. El matriz iniciática del profesor Naismith ya se había replicado y se extendió a lo largo y a la ancho del mundo.