“No somos una amenaza para el deporte femenino”. El enunciado de Lia Thomas vuelve a dejar en evidencia que no se correrá del deporte por haber decidido su identidad. La nadadora transexual admitió que quienes se someten al proceso de transición lo hacen “para ser felices” y no para “tener ventajas deportivas”. En una entrevista difundida con las cadenas estadounidenses ABC News y ESPN, la deportista de 23 años sigue adelante con su vida y su performance deportiva despertó un sinfín de críticas. Sobre todo, con sus victorias en las pruebas universitarias de natación femenina que provocaran a viva voz la polémica dialéctica de varias nadadoras cisgénero que enviaron distintas peticiones a la Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA), organismo que rige los deportes universitarios de Estados Unidos. En su visión, quieren tutelar sus derechos y evitar las que consideran injusticias en la competencia.

“Lo que la gente no entiende es que no nos sometemos al proceso de transición para competir, lo hacemos para ser felices, auténticos, para ser nosotros mismos. Tener ventajas deportivas no es algo que afecta nuestra decisión”, dijo Thomas y sostuvo con firmeza que las mujeres trans no son “una amenaza para el deporte femenino”.

“Hay muchos factores que marcan una carrera y lo que haces. El cambio más grande para mí es que estoy feliz, y en mis años como estudiante de segundo año de la Universidad, cuando tuve mis mejores actuaciones compitiendo con los hombres, me sentía miserable”, agregó la nadadora que se sometió al proceso de transición en 2019. Asimismo, contó que sufrió de depresión por el hecho de no sentirse identificada con su sexo y que lo único que la detuvo a operarse antes fue el “miedo” a no poder seguir nadando.

“(Antes de su proceso de transición) apenas podía ir a clase, apenas podía salir de la cama y dije ‘ya no quiero vivir así, quiero poder hacer las cosas que me gustan’. La razón por la que tardé en tomar la decisión fue que no sabía si hubiera podido seguir nadando y disfrutar del deporte que amo. Por eso, no debo pedirle permiso a nadie para ser yo misma. Es incoherente que algunas nadadoras aseguren apoyarme como mujer y, a la vez, no aceptan que compita en natación femenina ”, detalló. Y añadió: “Los cambios mentales y emocionales se dieron muy rápido, me sentía mucho mejor, estaba menos deprimida y perdí masa muscular, me volví mucho más débil y más lenta en el agua”.

Incluso, en la entrevista fue más allá y dijo: “No soy una doctora, pero hay muchas diferencias entre mujeres deportistas, hay algunas que son muy altas, que tienen más músculos y tienen una testosterona más alta, y por eso ¿deberían descalificarlas también a ellas?”. Y trazó que su sueño es llegar a los Juegos Olímpicos. “Competir en unos Juegos Olímpicos es un objetivo real desde hace muchos años y voy tras eso, quiero conseguirlo”.

¿Qué pasa con la natación y los deportistas trans?

En enero pasado, la NCAA que es responsabilidad de los organismos responsables de cada deporte decidir en qué categoría puede competir un deportista trans. En el caso de la natación, desde el 1 de febrero último se aprobó una medida que exige 36 meses de supresión de testosterona para las mujeres trans y la evaluación de un comité de tres responsables. Sin embargo, esta medida no se aplica a la presente temporada y, por ello, Thomas sigue con derecho a competir.