El karate fue uno de los deportes integrados al programa de los Juegos Olímpicos en Tokio 2020 y fue una adición que entretuvo a los espectadores alrededor del mundo con las competencias en el Nippon Budokan. En la modalidad kumite en la última jornada de torneos del deporte, la final de más de 75 kilos tuvo una situación particular.
La definición la iba ganando por 4-1 el árabe Tareg Hamedi y a dos minutos del final del combate noqueó a su rival con una patada en el mentón. A pesar de su festejo, fue descalificado por juego peligroso. La polémica decisión lo dejó con la medalla plateada.
El iraní Sajad Ganjzadeh, que recibió el impacto y terminó inconsciente sobre el tatami, terminó quedándose con la presea dorada, conquistando el título olímpico por la decisión arbitral de haber sancionado con un Hansoku a su rival, el de Arabia Saudita.
Después de recibir asistencia, el iraní se recuperó y subió al podio a recibir su presea dorada en dónde también se saludó con Hamedi. Tras las acciones, según Marca Claro, Ganjzadeh describió: “Estoy feliz por el oro, pero triste por tener que ganarla así“.