Luego de un extenso tiempo de abstinencia a raíz de la proliferación del coronavirus en el planeta, Italia, el pasado viernes, se dio el lujo de reanudar sus competencias nacionales con lo que fue el cruce entre el Milan y la Juventus por la Copa Italia.
En un cotejo trabado que tuvo un sinfín de condimentos que elevaron su intensidad, La Vecchia Signora dejó en el camino a su rival de turno y clasificó a la final del certamen a la espera de la confirmación de su próximo contrincante.
Siguiendo la idea de culminar la competencia lo antes posible, este sábado el Napoli y el Inter hicieron lo propio para resolver también su serie pendiente. A falta de 90 minutos para definirse al otro finalista, el conjuntoAzzurri contaba con una mínima ventaja obtenida en la ida gracias a la victoria cosechada por 1 a 0.
Sin poder sostener ese panorama favorable, el combinado comandado técnicamente porGennaro Gattuso sufrió un duro cachetazo a poco de comenzar el encuentro: en apenas dos minutos, la visita empató la serie en una acción más que confusa.
Sacando a relucir una pegada descomunal, Christian Eriksen concretó un golazo olímpico para poner el primer tanto del partido de forma prematura. Con escasa visión del panorama que lo rodeaba a raíz de la gran cantidad de personas presentes en su sector, David Ospina ofreció una respuesta más que regular y pobre para despejar el remate del danés y no impuso resistencia para evitar el tanto del Inter.