El 14 de agosto de 2022 se enfrentaron Boca y Racing en el Cilindro por la decimotercera jornada de la Liga Profesional. El partido terminó 0 a 0 y si bien se podría creer que pasaría rápidamente al olvido, todavía se recuerda por lo que pasó entre Carlos Zambrano y Darío Benedetto. Cuando los jugadores del Xeneize caminaban al vestuario, el Pipa empezó a hacer reclamos al aire, algo que no le gustó nada a Zambrano. Tras un cruce de palabras, el atacante golpeó en la cara al defensor y eso se pudo ver claramente cuando los futbolistas salieron a jugar el segundo tiempo: la cara del peruano tenía un pómulo hinchado.

El marcador central detalló lo sucedido en diálogo con el podcast Enfocados: “Fue la primera vez que perdí. Si me pegás, yo voy para adelante. No tengo problema. Pero fue a traición. Se equivocó, lo reconoció en su momento, pero yo me quedé con la espina”.

Además, agregó: “Esa huevada se resuelve ahí calentito, yo quería resolverlo ahí. Pero entró al camerino y me pidió disculpas llorando. Se equivocó y toda la gente sabía que se había equivocado”.

El momento de la trompada

“Él estaba adelante mío, tirando mierda. Yo le decía: ‘Deja de decir huevadas, siempre la misma mierda contigo. Si vas a decir algo, dilo en el camerino. No adelante de la gente, donde todas las cámaras te están viendo’. Siempre le tira mierda a la defensa”, afirmó Zambramo.

La historia sigue: “En el túnel inflable, él seguía hablando huevadas y yo atrás refutándole todo. Ya estaba todo caliente, nos hablábamos con palabras muy altas. Y ahí volteó y me dio uno de arranque. Yo quiero reaccionar, uno se va para adelante directo, pero los compañeros se metieron a separar”.

Darío Benedetto. (Foto: IMAGO).

¿Qué pasó después?

“Nos habíamos trenzado un poquito, pero uno se queda con la espina. Y mis compañeros me decían: ‘Tienes que mecharlo’. La lógica. Pero, ¿qué iba a hacer? Estamos entrando el camerino, estaban los dirigentes, estaba el entrenador, faltaba el segundo tiempo”, profundizó Zambrano.

También dijo: “En el camerino, Ibarra estaba hablando y dando la charla y yo solo lo miraba a él. La huevada es que teníamos que salir al campo nuevamente y esta huevada no se iba a quedar así. Después salimos al campo y se empezó a hinchar mi cara. A mí me importa un huevo lo que piense la gente, pero es incómodo que dos compañeros se peleen.Se ve muy feo en un equipo. Quedó muy mal, se volvió un puterío todo eso”.

¿Cómo quedó la relación entre ellos?

El peruano, que actualmente juega en Alianza Lima, afirmó que le quedó la espina clavada: “ Después yo pensaba que iba a llegar el momento para darle la ‘sin razón’. Pero nunca llegó. No llegó el momento. Porque en el entrenamiento él era más cordial conmigo. Igual dije, en algún momento iba a haber enfrentamientos delantero – defensor. Estaba esperando el momento, pero no, no me presionaba. Quedó ahí, son cosas del fútbol que no deberían darse”.