El fichaje de Martín Palermo con Villarreal poco después de haber conquistado con Boca la Copa Intercontinental de 2000 marcándole dos goles al Real Madrid, generó una verdadera revolución en una ciudad y un club que había ascendido recientemente a la máxima categoría del fútbol español. También en Argentina, donde las camisetas de un equipo hasta entonces desconocido se vendían en todas partes con el 9 en la espalda.

Su estadía, sin embargo, no le dejó tantos buenos recuerdos. Tras un inicio prometedor, marcando 6 goles en 17 partidos, vivió semanas de sequía y luego una insólota lesión luego que se le cayera un muro sobre la pierna mientras celebraba un gol con los hinchas, ocasionándole una fractura de tibia y peroné de la que le costó mucho volver. De hecho, terminó dejando el Submarino Amarillo y pasando al Betis, donde tampoco colmó las expectativas. Rescidnió contrato y se fue a jugar a Segunda División, con Deportivo Alavés.

Sin conseguir el objetivo del ascenso, en 2004 concretó finalmente la vuelta a Boca, donde se reencontró con esa versión de animal del área y continuó haciendo historia hasta el día de su retiro. Podría decirse, entonces, que Villarreal no marcó a Palermo. Y viceversa. Pero el club decidió incluirlo en la nómina del Partido de Leyendas que se celebró este sábado, con motivo de los festejos del Centenario del club.

Ante un combinado de Leyendas de España, Martín Palermo alineó como titular junto a Juan Román Riquelme, con quien no llegó a compartir equipo en el Submarino pero sí escribió algunas de las páginas más gloriosas de la historia Xeneize. En este partido, distendido, amistoso, su suerte tampoco cambió.

Sin que le quedara ni una sola jugada de gol, protagonizó un choque con Sergi lanzándose en busca de cabecear un centro con tanta mala fortuna que terminó impactando con su codo a Sergi, que de inmediato pidió asistencia médica. El propio Titán lo ayudó en primera instancia, pero el golpe que este había sufrido en las costillas no le permitía respirar bien y terminó abandonando el terreno de juego.