Al momento de conceder su primera entrevista a la prensa oficial de Sevilla, club que lo había anunciado como su nuevo entrenador el pasado 16 de junio, Matías Almeyda había escuchado ya a varias voces, entre hinchas y parte del periodismo, que ponían en duda su capacidad para sacar adelante al equipo que viene de tener una turbulenta temporada finalizando en la decimoséptima posición de LaLiga y salvándose tan solo por un punto del descenso a Segunda División.

Sin embargo, en esas palabras de presentación que ofreció a distancia, a través de una videollamada, el ex técnico del AEK de Atenas, Chivas de Guadalajara y River habló a corazón abierto, sin casete, y avisó que no tenía intenciones de comenzar a despejar esas dudas desde el discurso sino desde el terreno de juego.

“Soy sentimental, me abro a la gente y no voy con doble cara, no me gusta. Prefiero ser auténtico ante el error y ya me conocerán. Soy fácil de detectar. No llevo una varita mágica ni creo en ellas. Creo en el trabajo y cuando se trabaja con tiempo, pasión y honestidad, a la larga eso triunfa. Hay un excelente diálogo con el presidente y el director deportivo, que nos llamamos todos los días”, señaló Almeyda, quien aterrizará en Sevilla el próximo 3 de julio para comenzar a trabajar con un plantel que ya dijo tener muy estudiado.

Pero la parte más curiosa de esa presentación al sevillismo llegó cuando se tocó el tema de las limitaciones y problemas económicos que atraviesa el club, lo que dificultará la tarea de dar con refuerzos capaces de jerarquizar el plantel en el mercado, así como de su contratación. “La parte económica claro que la conozco y no me mueve eso. En el AEK tenía un contrato hasta 2028, pero si no me quieren me voy, no pasa nada”, comenzó diciendo.

Y agregó: “Nací pobre y no soy tonto. Desde ese lugar, no voy detrás de la moneda. Voy detrás de quedar en la historia de los clubes. En el Sevilla como jugador no fue buena, era joven y había muchas expectativas de las que no pude estar a la altura, pero eso me abrió la puerta para desarrollar mi carrera en el fútbol italiano. Me muevo por amor, por un proyecto, por la gente”.

Su respuesta a las primeras críticas

Almeyda se tomó el tiempo de responder por primera vez a las críticas que ocasionó su designación como director técnico del Sevilla. “Soy una persona que respeta las opiniones. Hay libertad de expresión y lo acepto. Yo no estoy para demostrar nada. Dedico mucho tiempo a mi trabajo, amo lo que hago, trato de hacerlo con honestidad y me gusta ganar, pero no voy a vender nada ni a inventar nada raro”, dijo.

Y avisó: “He estado en Argentina, en México, en Estados Unidos, en Grecia… Hemos competido en diferentes torneos y siempre hay una primera vez para todo. Jugar en diferentes ligas abre la mente aunque es normal que la gente tenga dudas. No convenceré a nadie hablando, lo haré con hechos, como en cada lugar al que voy. Mi fuego va por dentro, no de boca para afuera“.