Diez años atrás, Alemania hizo historia. La selección teutona logró algo inédito en la historia del fútbol, y logró que una nación europea se consagrara campeona del mundo en tierras sudamericanas. Lo sucedido aquel 13 de julio de 2014 en el Estadio Maracaná no será olvidado por los 23 héroes de esa jornada.
O bueno… al menos por 22 de ellos. Porque aquí no estamos para hablar de la conquista alemana que hizo a Lionel Messi -también a Ángel Di María, Nicolás Otamendi y todo el pueblo argentino- esperar otros ocho años para poder llamarse campeones del mundo. No, estamos para hablar del alemán restante, de Christoph Kramer, aquel que jugó la final como titular y se consagró campeón del mundo… pero no lo recuerda.
“Apenas terminado el partido, Kramer vino a buscarme”, relata Nicola Rizzoli, el árbitro encargado de impartir justicia en la final del mundo en 2014. “Me pregunta: ‘¿Juez, esta es la final?'”, continúa el italiano.
“Pensé que estaba bromeando así que le pedí que me repitiera la pregunta. Me dijo: ‘Necesito saber si es realmente la final’. Cuando le afirmé, me agradeció y me dijo que era importante para él saberlo”, completó.
Kramer nunca recuperará esos recuerdos
Kramer, por entonces futbolista del Borussia Monchengladbach , fue la gran apuesta de Joachim Low , entrenador teutón, en la instancia decisiva. Él fue el elegido para reemplazar a un Sami Khedira suspendido, que se perdía esa final.
Sin embargo, tras un choque con Ezequiel Garay, Kramer sufrió una conmoción, tuvo que ser reemplazado y todo lo que sucedió aquel día (antes y después del partido), no forma parte de los recuerdos en su mente. “Los médicos me aseguraron que los recuerdos de la final de la Copa del Mundo no regresarán”, relató Kramer tiempo después de la final.
Y estaban en lo cierto. Diez años después de aquel choque que lo sacó del partido, Kramer no recuerda nada del partido que él mismo jugó y en el cual fue uno de los protagonistas para sacar a Alemania campeona del mundo. Curiosamente, su único título como profesional en más de una década de carrera fue esa Copa del Mundo, y no tiene memoria de haberlo conseguido.
Este hecho promovió e impulsó nuevos protocolos por parte de la FIFA
Por fortuna, la recuperación de Kramer, que en aquel momento tenía apenas 23 años, fue exitosa. Pudo seguir jugando al fútbol y es al día de hoy que sigue siendo uno de los referentes del ‘Gladbach, equipo donde acumula más de 300 partidos jugados.
Sin embargo, su accidente provocó una investigación y fue el origen de varios cambios que vivió el fútbol mundial, algunos incluso recientes. Aquel estudio demostró que 61 jugadores tuvieron al menos una colisión con su cabeza en la Copa del Mundo 2014, y que apenas 12 fueron propiamente atendidos por el cuerpo médico.
Desde entonces, la FIFA inició una serie de cambios en su reglamento, que van desde darle la facultad al árbitro del encuentro de parar el partido inmediatamente en caso de un presunto golpe en la cabeza de cualquier futbolista, a la reciente tarjeta rosa implementada en la Copa América. Esta tarjeta se le entrega al cuarto árbitro en caso de tener que hacer un cambio por presunta conmoción cerebral.
En cualquier caso, impedir que los golpes en la cabeza tengan lugar sería atentar contra el deporte en sí, pero FIFA ha hecho todo lo posible para evitar que casos como el de Kramer sigan sucediendo en el fútbol. Y, una década después, podemos decir que, al menos en este aspecto, algo se ha mejorado.