Fueron once años de espera. Durísimos, repletos de frustraciones, con actuaciones que no estuvieron a la altura de su nivel e importancia, arrastrando una crisis institucional que casi le cuesta la quiebra al club. Muchos detalles que conspiraron contra las posibilidades del equipo. Si, algo impensado mirándolo desde la óptica del presente, pero Boca estuvo más de una década sin poder gritar campeón en el fútbol argentino.
Lejos ya en el tiempo quedaba la histórica consagración de 1981, de la mano de Diego Armando Maradona. Desde allí en adelante, fueron todas pálidas para el Xeneize, que apenas pudo darse el lujo de disfrutar de la obtención de una Supercopa Sudamericana.
Pero ese 20 de diciembre de 1992, la espera llegaría a su fin. En La Bombonera, Boca levantaría el resultado, empató 1 a 1 con San Martín de Tucumán, gracias al recordado gol de Claudio Benetti y se consagró campeón del Torneo Apertura 1992. La vuelta olímpica, 11 años después.
La mano del Maestro
Para el inicio de esta historia, quizás haya que remontarse a los primeros días de 1991, con la llegada de Oscar Washington Tabárez al banco de los suplentes xeneize. El Maestro venía de cumplir un primer período en la selección uruguaya, con el Mundial de Italia como punto destacado. En diciembre de ese mismo año, tomaría la decisión de unirse a Boca, con un solo objetivo en su cabeza, tal como lo confirmara tiempo después: “Sabía que tenía que ser campeón”, admitió.
Con un gran plantel, estuvo cerca de lograrlo en su primer semestre. Ese equipo, que contaba del medio hacia arriba con Diego Latorre y Gabriel Batistuta, llegó a la final del certamen frente al Newell’s de Bielsa. Pero el 9 de julio de 1991, en La Bombonera, el elenco rosarino se coronó campeón tras imponerse en una recordadísima definición por penales. Y en aquellos momentos, el reglamento de AFA proclamaba a un solo campeón por temporada.
Esa derrota fue un golpe durísimo. Pero fue la piedra fundacional de lo que pasaría tiempo después. Reconfiguró el equipo y encaró Boca el Apertura 1992, sabiendo que no había más excusas. Fue el Boca de Tabárez en el banco, pero de enormes figuras en el campo de juego: Alberto Márcico, Roberto Cabañas, Blas Giunta, Sergio Martínez y Carlos Navarro Montoya eran los líderes de un plantel con muchos caciques.
Inicio prometedor
Boca comenzó el camino para dejar atrás tantos años de frustraciones con un empate sin goles ante Deportivo Mandiyú en la cancha de Huracán Corrientes. El Maestro Tabárez seguía como conductor, pero ya no estaban Batistuta y Latorre, ambos vendidos al fútbol italiano.
La rehabilitación llegó una semana después, con el triunfo por 2 a 0 ante Belgrano de Córdoba, con goles de Cabañas y José Luis Villarreal, que jugó igual pese haber visto la roja en el partido anterior porque sólo fue amonestado por el Tribunal de Disciplina. En la tercera fecha igualó 0-0 con Talleres en Córdoba y en la cuarta, en La Bombonera, lograría su primer triunfo clave: 3-2 a Vélez. Para entonces, todavía Manteca Martínez no era titular. Lo fue a partir de la 6ta fecha, en el 2-2 ante Huracán, y marcó uno de los goles.
El máximo candidato
A medida que pasaban las fechas, Boca comenzaba a demostrar una identidad definida. Poco a poco, sus figuras comenzaron a prevalecer y a hacer la diferencia en partidos cerrados, que terminarían siendo el espaldarazo que necesitaba el equipo para poder asumir un verdadero rol de candidato. Por ejemplo, el oportunismo de Cabañas, le daría un gran triunfo por la mínima ante San Lorenzo en la cancha de River.
Además, comenzaría a hacerse fuerte en el sector defensivo, al punto que estaría ocho partidos consecutivos –de la 7ma a la 14ta fecha– con el arco en cero. Indudablemente, esa etapa terminó de catapultarlo y de exponerlo. Ya estaba claro: Boca era el principal candidato al título.
Un clásico decisivo
El rival con el que peleó por la estrella hasta la última fecha fue nada menos que River, a quien venció en un partido clave de la fecha 10, jugado el 11 de octubre, con un gol del uruguayo Martínez. Aquella tarde, la cancha fue un hervidero y el encuentro muy parejo y caliente.
En el segundo tiempo, a los 3 minutos, el Manteca apareció para capturar un rebote en un tiro libre de Villarreal y puso en ventaja a Boca. Un polémico penal sancionado por Juan Carlos Loustau le dio la chance a Hernán Díaz de marcar el empate; Ángel Comizzo, dándole la espalda a la cancha y escuchando en una radio que le arrojaron desde la tribuna, siguió las alternativas del remate desde los 12 pasos. Pero el Mono Navarro Montoya se convirtió en héroe al impedir el gol. Un triunfo que se festejó como pocos, con Diego Maradona en la tribuna.
Derrotas y dudas
En las últimas jornadas aparecieron los temores. Hasta la fecha 15 el camino al título venía tranquilo, pero de pronto ocurrieron dos traspiés en casa que dieron paso a la épica. Derrotas ante Independiente -1 a 0, con gol de Daniel Garnero, en una tarde impresionante de Luis Islas- y Deportivo Español –3 a 2– lo pusieron en aprietos. Los nervios jugaban un papel preponderante por la presión que tenía el plantel ante los once años sin corona.
Pero todo volvería a encaminarse en la penúltima fecha. En cancha de Independiente, ante una multitud que lo acompañó, el equipo jugó un sólido partido y se quedó con un triunfo muy importante contra Platense por 3 a 1. Esa noche apareció Luis Medero, un pibe por entonces, que jugaba por el lesionado Juan Simón, para hacer una jugada maradoneana y anotar el golazo del alivio. La mala: Manteca Martínez se retiró lesionado, por lo que se perdería el último partido del campeonato.
Empate consagratorio
Faltaba un partido. Boca tenía que, al menos, empatar para ser campeón. River estaba a dos puntos y al acecho -en aquel momento se otorgaban 2 puntos por victoria-. Los titulares de aquel día fueron: Carlos Navarro Montoya; Diego Soñora, Luis Medero, Alejandro Giuntini, Carlos Mac Allister; Benetti, Blas Giunta, Carlos Tapia; Alberto Márcico; Luis Carranza y Roberto Cabañas.
Pero San Martín de Tucumán llegó a La Bombonera sin nada que perder y enmudeció a un estadio repleto cuando Ricardo Solbes anotó un gol que postergaba los sueños boquenses –el delantero ensayó un festejo tibio, en silencio, hasta que unos segundos después se acercaron los compañeros a saludarlo–. En cancha de Ferro, donde River enfrentaba a Argentinos Juniors, sabían que, en ese momento, un triunfo le daba al Millonario la posibilidad de un desempate.
Pero a los 2 minutos del segundo tiempo, Benetti, un joven de las inferiores que había saltado a la cancha por las lesiones de Villarreal y su habitual reemplazante, Rubén Pereira, encaró por derecha y sacó un disparo que se metió junto al palo derecho. Salió directo a festejar con los hinchas, trepado al alambrado y agarrándose la cabeza, como no pudiendo creer lo que estaba viviendo.
Con ansiedad y nervios, por no poder definir el resultado, Boca logró mantener el empate que desató la euforia de sus hinchas.Llegaba el momento de la ansiada vuelta olímpica. La más larga espera había llegado a su fin.
La Campaña
09/08/1992 Deportivo Mandiyú 0 – Boca 0
14/08/1992 Boca 2 – Belgrano 0
23/08/1992 Talleres 0 – Boca 0
02/09/1992 Boca 3 – Vélez 2
05/09/1992 Lanús 0 – Boca 2
13/09/1992 Boca 2 – Huracán 2
20/09/1992 San Lorenzo 0 – Boca 1
26/09/1992 Boca 0 – Ferro 0
04/10/1992 Argentinos 0 – Boca 1
11/10/1992 Boca 1 – River 0
27/10/1992 Boca 2 – Rosario Central 0
01/11/1992 Newell’s 0 – Boca 0
08/11/1992 Boca 1 – Estudiantes (La Plata) 0
14/11/1992 Gimnasia y Esgrima (La Plata) 0 – Boca 1
22/11/1992 Boca 0 – Independiente 1
29/11/1992 Racing 1 – Boca 1
06/12/1992 Boca 2 – Deportivo Español 3
11/12/1992 Platense 1 – Boca 3
20/12/1992 Boca 1 – San Martín (Tucumán) 1
