La dupla que conformaron Juan Román Riquelme y Martín Palermo, asistidor exquisito y goleador letal, fue una de las más temidas que puedan recordarse en el fútbol argentino y también una de las que más satisfacciones le dio a los hinchas de Boca. Sin embargo, más de una vez se generaron entre ellos disputas que incluso provocaron divisiones en el plantel entre dos bandos, dependiendo la figura tras la que los demás se encolumnaran.

Tanto El Torero como El Titán tuvieron siempre cintura para esquivar esa polémica que minimizaban señalando que si bien no tenían una relación de amistad, incluso que podían tener sus diferencias, eso no afectaba su vínculo como futbolistas profesionales ni generaba ningún problema dentro del grupo de jugadores.

Como contrapunto, otros futbolistas que dejaron el club sí han deslizado que se generaron tensiones entre ambos. El último en hacerlo, en una entrevista concedida al programa de radio Boca de Selección, fue el uruguayo Álvaro González, quien defendió la camiseta Xeneize entre 2007 y 2009, habiendo llegado después que se conquistara la que hasta la fecha es la última Copa Libertadores que el club tiene en sus vitrinas.

“El vestuario de Boca era muy difícil. Había mucha presión en el club, muchas figuras. No fue fácil ganarse el lugar. Ese equipo era espectacular y los rivales le tenían mucho respeto, pero el vestuario era raro. Algunos compañeros llegaban a la mañana y no decían ni buen día, comenzó relatando sin dar nombres.

Y agregó: “Había una calidad grande de jugadores. Por eso no se notaba el ambiente que había en el vestuario. Probablemente, si el vestuario hubiese sido mejor, Boca habría ganado más títulos. Con Riquelme y Palermo me llevaba bien. Son dos jugadores que le dieron muchísimo a Boca. Yo tenía más afinidad con Palermo.