El ciclo de Carlos Tévez llegó a su fin en Independiente. Hugo Tocalli lo reemplazará en las próximas tres fechas hasta que el fútbol argentino se pare por la Copa América. En Avellaneda ya piensan en nombres de peso para reemplazar a Carlitos y si bien la dirigencia todavía no se contactó con nadie, Rubén Insúa está sin trabajo tras su dramática salida de San Lorenzo y por cuestiones lógicas aparece en el radar.
El hijo del Gallego juega en Barracas Central y luego del encuentro ante Sarmiento del pasado fin de semana a Rubén Insúa le preguntaron respecto a una posible llegada al Rojo y dijo: “No tengo nada que decir por ahora. Vamos a ver, vamos a ver. Depende de las posibilidades que surjan de aquí en adelante. Por ahora nada en concreto. Veremos en el futuro”.
El Rojo siempre estuvo en los planes del Gallego
Hace un tiempo, Insúa dialogó con TyC Sports y al ser consultado a qué clubes del fútbol argentino le gustaría dirigir, el Gallego dijo sin dudar: “Acá en Argentina me gustaría dirigir a Estudiantes de La Plata y a Independiente, son los clubes donde jugué”. Cabe recordar que Insúa jugó en Estudiantes entre 1986 y 1988, mientras que en el elenco de Avellaneda lo hizo entre 1988 y 1990.
Con la camiseta de Independiente, Rubén Darío Insúa fue campeón del Campeonato de Primera División 88-89. Inclusive en el partido consagratorio ante Deportivo Armenio marcó un tanto en el estadio de Ferro. Su paso por el Rojo será recordado por la gran sociedad que generó con Ricardo Bochini y Carlos Alafaro Moreno.
¿Qué otros nombres interesan en Independiente?
La dirigencia del Rojo sabe que tiene tiempo para elegir al entrenador ideal. Quedan un par de semanas para que el fútbol argentino se detenga y que Hugo Tocalli se haga cargo transitoriamente del primer equipo es un alivio. Son varios los nombres que aparecieron sobre la mesa, entre los que se destacan los de Mauricio Pellegrino, Julio Vaccari y Gabriel Heinze. Los desafíos de Independiente en este 2024 es pelear la Liga Profesional y también ingresar a alguna copa internacional de cara al 2025. Eso supone prestigio y también un importante ingreso económico, algo que necesita imperiosamente el club de Avellaneda.