Después de tres años de éxitos ininterrumpidos, con buenos pronósticos para darle continuidad en 2024, Red Bull Racing parece estar atravesando su proceso de mayor inestabilidad y ello está ligado a la posibilidad de que haya una importante fuga de talentos al finalizar la temporada, incluso antes en algunos casos.
El mayor temor de la escudería austriaca pasa por perder a su piloto estrella, el tricampeón mundial Max Verstappen. Esto está relacionado al interés que existe en Mercedes por su fichaje, que aunque aún no ha trascendido la barrera del rumor, se ha instalado con fuerza generando incomodidades hacia adentro del equipo de Milton Keynes.
El plan de la escudería alemana por fastidiar a Red Bull contempla también la intención de contratar a Pierre Waché, ingeniero francés que lleva más de una década trabajando en el equipo y que en la actualidad se desempeña como director técnico. Como ingeniero en jefe, Waché se ha ganado la plena confianza de Verstappen y eso por eso que desde las Flechas de Plata consideran que su arribo destrabaría la llegada del neerlandés como reemplazo para Lewis Hamilton.
Pero todavía hay más, porque el ingeniero Adrian Newey, otra pieza fundamental en la maquinaria del equipo austriaco, cuenta con una oferta millonaria sobre la mesa para llevar sus conocimientos a Aston Martin. De consumarse esas tres salidas, el golpe podría ser muy difícil de sobrellevar para Red Bull.
Los peores días de Christian Horner
Más allá de haber podido afianzar a Max Verstappen como líder de la clasificación de pilotos en el inicio de una nueva temporada, sumada a la tercera posición que ocupa su compañero de equipo Checo Pérez, el jefe de Red Bull Racing está atravesando sus días más difíciles desde que salió a la luz la denuncia de una empleada de la escudería por “conducta inapropiada” producto de algunos mensajes de texto de índole sexual que este le envió.
Si bien Christian Horner de momento ha sido absuelto de toda culpabilidad, se dieron a conocer detalles de un “pacto de silencio” que volvió a ponerle en el centro de la escena y la han ocasionado una condena pública que rompió la armonía en el equipo.
“Ella no puede ni quiere hablar. Cada vez que le pregunto algo, rompe en llanto y dice que no tiene con quién hablar porque no tiene permiso para hacerlo. Está muy molesta, muy enojada, muy asustada, muy intimidada, muy sola. Creo que es imposible que la gente entienda, sin estar en su lugar, lo que es para ella”, declaró a la BBC una amiga personal de la empleada de la escudería.
Mientras tanto, Horner ya perdió a una pieza clave para la escudería con la renuncia de Lee Stevenson, su jefe de mecánicos, y teme que interfieran en el contrato que tiene firmado con Verstappen, hasta 2028.